Buenos Aires — El expresidente Mauricio Macri aseguró que el PRO seguirá respaldando a Javier Milei en la segunda mitad de su mandato. Si bien volvió a marcar diferencias con la actual conducción de La Libertad Avanza, el ex jefe de Estado argentino marcó que el partido que fundó en 2003 “ha apoyado como nunca” a la actual gestión y adelantó que “lo seguirá haciendo” por considerar que “este es el camino” para el país.
Al participar de la 15ª edición del Foro Abeceb, en un panel de expresidentes que integraron también Felipe Calderón, de México, y Eduardo Frei Ruiz, de Chile, Macri consideró que Argentina se encuentra en el rumbo correcto y anticipó que “en ese camino, el presidente nos va a encontrar siempre buscando colaborar”.
Pese a ello, y a que dijo tener “una muy linda relación humana con el presidente”, pidió mejorar la negociación para lograr consensos y expresó que “ejercer liderazgos sin equipos se hace muy difícil”.
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Tras cenar con Milei el viernes, Macri había revelado el sábado, a través de un mensaje publicado en redes sociales, que la idea del encuentro era “pensar la mejor manera de reforzar los equipos y prepararse para esta segunda etapa, pero no logramos ponernos de acuerdo”.
A ojos de Macri, el apoyo del PRO al gobierno de Milei no se ha visto en la historia reciente del país y sostuvo que ese respaldo le permitió al oficialismo “no solo ganar la elección sino también gobernar en posición de minoría”. En ese sentido, dijo que la posición de su partido se basa “primero siempre en las ideas” y destacó “hoy lo más importante es que los argentinos han entendido que el populismo nos ha arruinado”.
El apoyo de Estados Unidos a Milei
Por otra parte, Macri destacó el “apoyo extraordinario” de los Estados Unidos en la antesala electoral. “Fue lo que cambió el juego de en esta última elección”, consideró. También destacó el “cambio de visión” de ese país respecto de Latinoamérica en un proceso en el que “Argentina parece ser el primer elegido”, por lo que consideró que “hoy estamos frente a una oportunidad histórica”.
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Para el expresidente, quien ocupó el sillón de Rivadavia entre diciembre de 2015 y el mismo mes de 2019, “Argentina es un país trabado por regulaciones e inoperancia del Estado”. Por ello, abogó por una mayor apertura comercial dado que “los países que no se abrieron en los últimos 30 o 40 años no progresaron”. En esa línea, apuntó también contra el rol del Mercosur, que “se cerró” en los últimos años.
Durante su exposición, Macri también señaló que en esa oportunidad Argentina necesita es que Estados Unidos “nos enganche a su sistema institucional”, ya que el país “necesita importar instituciones que nos permitan realmente ser confiables en términos de la defensa de los derechos de propiedad”.
Sobre ese punto, Macri consideró que “hay que tener instituciones sólidas”, ya que “los iluminados no resuelven nada”, al tiempo que consideró que “no hay recurso natural que alcance si no tenemos rule of law”. Sin ello, “es imposible que un país se pueda desarrollar”.
La debilidad de las instituciones, cree Macri, es una de las razones por las que el riesgo país argentino es alto, lo que a su vez impide acceder a financiamiento y que eso se traduzca en mejores autopistas, trenes o puertos, necesarios para que el sistema adquiera competitividad y se pueda exportar más.
Los retos que ven los expresidentes para la región
Durante su exposición, Macri también apuntó contra los principales desafíos que observa para el liderazgo a nivel global. “Lo más difícil es cómo administrar la nueva era de la revolución de las expectativas. Hoy en 30 días recibís más información que la que se recibía, 15 años atrás, en toda una vida. La sociedad demanda más y en ese contexto, el populismo dice ‘yo te puedo dar más’”.
Por ello, consideró como un primer desafío que “la oferta populista sigue creciendo en el mundo entero”, y eso “genera una dinámica que atacó a las democracias”. Pero además, apuntó contra “la violencia con la que se comunica, en el debate de las ideas”, algo que, a su juicio, “ha provocado un retroceso terrible en la oferta de liderazgos”.
“El mundo empezó a desconfiar de liderazgos empáticos y está liderado por personalidades narcisistas. No es el tipo de liderazgo que se necesita”, añadió.
A su turno, el expresidente de Chile Eduardo Frei Ruiz enumeró las que considera las tres crisis fundamentales que atraviesan los países de la región. Dijo que ve “una crisis política, en la que los partidos no existen”, una “crisis de crecimiento”; y una “crisis inseguridad”, en la que “el narcotráfico ha invadido toda América latina y también a Chile”.
Respecto de ese último punto, se mostró preocupado por su avance ya que “el narco penetra todo”, algo que se refleja en que se observan “asesinatos por todas partes”. Por ello, expresó que “Chile está como estaba Ecuador hace cinco años. Nos hemos ido acostumbrado a estas realidades en América Latina”.
Sobre el narcotráfico, Felipe Calderón graficó que “en los últimos tres años, siete alcaldes han sido asesinados en Michoacán” pero consideró que “el problema no es la droga en sí misma, más allá de que es una variable fundamental”. El problema, expresó, es que “el narco se está apoderando del Estado”, tomando atribuciones que antes eran exclusivas del Estado como el monopolio de la fuerza, de la justicia.
Para Calderón, “los criminales necesitan controlar el punto de venta y para eso necesitan controlar el territorio”. Por ello, pidió “fortalecer a los Estados” y llevarlos a una dimensión mucho mayor: “Tenemos que ser más eficaces para este nuevo flagelo de América Latina. La única variable del progreso es el estado de derecho. El rule of law. Eso es lo que hace prosperar a los países. Marca una diferencia de 35 puntos del PIB por década, tres puntos por año”.
“La tarea del gobernante es dar seguridad, no regalar mochilas”, cerró.
