Bloomberg — La senadora Xóchitl Gálvez, una de las principales contendientes a la presidencia de México el próximo año, se sentó con el equipo de Bloomberg News en Ciudad de México el jueves 6 de septiembre para una entrevista en video de 33 minutos. Durante la conversación, Gálvez habló sobre sus propuestas para la segunda economía más grande de América Latina, incluyendo el nearshoring, la inseguridad y las relaciones con EE.UU. y China.
A continuación los aspectos más destacados de la plática:
Nearshoring
Gálvez dijo que la tendencia de las empresas a trasladarse desde China u otros países lejanos a México para atender a EE.UU., conocida como nearshoring, es “una oportunidad no se va a volver a presentar en muchas décadas”. El próximo gobierno debería centrarse “inmediatamente” en varias cosas claves para promoverlo, según Gálvez: promover el estado de derecho; impulsar el suministro de energía; resolver la escasez de agua en el país; apostar por el capital humano y la formación de los trabajadores e invertir en infraestructura.
Gálvez ve al nearshoring como un vehículo para promover la movilidad social ascendente al generar mejores empleos para los mexicanos pobres.
“Todas estas empresas requieren un ‘expertise’ muy específico. Entonces, hay que trabajar en ese capital humano”, dijo Gálvez. “Hay miles de mexicanos que quieren salir adelante”.
Política y campaña presidencial
Gálvez dijo que no le preocupan las encuestas que muestran que está detrás de su principal rival, la candidata del partido gobernante Claudia Sheinbaum, entre 9 y 17 puntos porcentuales. Dijo que tiene un historial de recuperación de terreno en la campaña electoral.
“Soy una contendiente que sabe venir de abajo, que sabe luchar, que nunca se fue vencida, que siempre ha peleado contra todo”, afirmó. “Nunca me ha tocado que me la pongan fácil”.
Inseguridad
La senadora dijo que México sufre una “violencia brutal”, con varias partes del país sitiadas por bandas criminales, y el presidente Andrés Manuel López Obrador no ha sabido reconocer el problema y afrontarlo con empatía.
“Lo primero que necesitamos es una estrategia inteligente”, dijo Gálvez, añadiendo que el Gobierno debería gastar más en policías locales y trabajar con EE.UU. en la lucha contra el narcotráfico y el contrabando de armas. “Me gustaría trabajar en un posible acuerdo con EE.UU. en materia de seguridad y energía”.
Al mismo tiempo, Gálvez rechazó la idea de que el modelo de mano dura seguido por el presidente de El Salvador Nayib Bukele podría ser una opción para México. Bukele ha ganado popularidad al encarcelar a miles de personas que las autoridades sospechan de actividad pandillera, pero activistas y familias han denunciado falta de debido proceso y respeto a los derechos humanos en las detenciones. “Es un extremo”, dijo Gálvez sobre las tácticas de Bukele. “Se puede tener firmeza sin violentar los derechos humanos”.
Gálvez también dijo que pondría a la Guardia Nacional de México bajo control civil y reduciría drásticamente la presencia de los militares en la vida pública del país. “No veo una Guardia Nacional bajo mando militar. Veo una policía nacional con un mando civil bien capacitado y el ejército tiene otras facultades distintas que están establecidas en la Constitución”.
Espacio aéreo de la Ciudad de México
Gálvez exploraría la posibilidad de abordar las limitaciones al crecimiento del principal aeropuerto de Ciudad México, llamado Benito Juárez, mediante el uso de pistas parcialmente construidas en los suburbios destinadas a un proyecto aeroportuario que fue cancelado. Dijo que examinaría qué tan adelantada estaba la construcción de las pistas antes de que López Obrador abandonara el proyecto en Texcoco, y si podría haber una manera de conectar los dos aeropuertos.
“Podría ser un poco como Barajas”, refiriéndose al aeropuerto de Madrid, España. El aeropuerto Benito Juárez y el cancelado proyecto de Texcoco están a unos 18 kilómetros uno del otro. López Obrador optó en cambio por construir un nuevo aeropuerto a unos 40 kilómetros de Benito Juárez, y Gálvez dijo que necesitaría estudiar la mejor manera de utilizarlo.
Pemex y política energética
Si es elegida, la candidata de la oposición quiere emprender una reforma radical de la petrolera estatal Pemex, abriendo el sector energético a la inversión privada y potenciando las energías renovables. Si bien Gálvez no se comprometió a privatizar la empresa, dijo que un modelo como el de la brasileña Petrobras, que cotiza en bolsa, podría funcionar para el endeudado productor estatal. México no tiene los recursos por sí solo para transformar su sector energético y su economía, y la inversión privada debe ser bienvenida para acelerar el desarrollo de manera responsable, dijo.
“Las empresas del Estado son pésimas para administrar el dinero del mexicano y son pésimas para ser productivas. Entonces yo sí veo al sector privado” y agregó que le gustaría reabrir las rondas de licitación petrolera que el presidente López Obrador detuvo tras asumir el cargo en 2018. “No entiendo por qué odia a los privados el presidente.”
La política fiscal
Gálvez propone dejar de gastar recursos en grandes proyectos que son muy costosos y técnicamente no tienen sentido. Citó el aeropuerto que López Obrador optó por construir, junto con la refinería Dos Bocas de Pemex y un tren a través de la península de Yucatán, como iniciativas que no estaban bien fundadas.
Hacer que los mexicanos más ricos paguen más y al mismo tiempo brindar a los ciudadanos más pobres oportunidades para crecer en sus carreras sería su combinación de políticas preferida para aumentar los ingresos fiscales, afirmó. Pero la gente debería entender a dónde van sus impuestos, afirmó. “Hay que gastar bien el dinero”, afirmó.
En una conversación con periodistas fuera de cámara, Gálvez dijo que a México le iría mejor con un peso más débil frente al dólar para impulsar las exportaciones, dijo. El banco central debería recortar las tasas de interés para alentar la inversión, dijo.
Donald Trump
Cuando se le preguntó cómo se relacionaría con Donald Trump en caso de que ambos aspirantes presidenciales ganaran las elecciones del próximo año en EE.UU. y México, Gálvez dijo que su experiencia compartida como empresarios sería la base para llegar a una situación en la que ambos países ganarían.
“Va a estar feliz conmigo Donald Trump, porque se va encontrar una mujer práctica. Lo que más le preocupa es la inmigración, ¿no? Entonces podríamos hacer un acuerdo de una migración temporal ordenada”, dijo. “Los estados republicanos necesitan mano de obra para el campo. Los estados demócratas requieren mano de obra para la industria”.
La senadora también dijo que EE.UU. debería reconocer que necesita migrantes para sostener la demanda laboral, y reconoció que muchos de ellos ingresan al país sin documentación. “Mientras que haya un mercado que demande, van a cruzar”, afirmó.
Rivalidad China y EE.UU.
Gálvez dejó claro que su prioridad en términos de política internacional es EE.UU. , con diferencia el mayor socio comercial de México , y que no ve la necesidad de cortejar a China como alternativa.
“Con China hay que dialogar. Pero para mí, mi prioridad es donde está localizado México. México es parte de Norteamérica”, dijo. “Hoy es un mundo bipolar porque por un polo está China. Y en otro polo está Estados Unidos. Esa es la realidad”.
“Sé donde estoy ubicada, sé con quien quiero tener sociedad comercial”, agregó.
Cuba, Nicaragua y Venezuela
Gálvez se comprometió a seguir una política exterior basada en valores y condenar a países como Cuba, Nicaragua y Venezuela que han sofocado la disidencia y el gobierno democrático.
“Mis valores están con la democracia, con los países democráticos, con los países que protegen los derechos humanos”. Esto significaría una marcada distancia con la política exterior de López Obrador, quien ha tenido relaciones más cálidas con las tres naciones.
Pero dijo que está en contra de los embargos y las sanciones unilaterales contra estos países porque terminan perjudicando a sus pueblos y no necesariamente a sus gobiernos.
Rusia-Ucrania
Gálvez dijo que la invasión rusa de Ucrania debería ser condenada enérgicamente: “No es una guerra: Rusia invadió Ucrania”. Bajo López Obrador, México también ha denunciado la invasión. Pero el país no ha participado en las sanciones contra Rusia y el presidente ha criticado a la OTAN por suministrar armas a Ucrania.
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