Bloomberg — Políticos suizos han instado al fiscal general del país a abrir una investigación penal sobre el regalo de un reloj de mesa Rolex y un lingote de oro grabado al presidente estadounidense Donald Trump por parte de ejecutivos de empresas poco antes de que aceptara recortar los aranceles a las exportaciones del país.
Dos diputados suizos, Greta Gysin y Raphael Mahaim, pidieron a la Fiscalía General que examinara si los regalos equivalían a un soborno a funcionarios extranjeros, según la carta del 26 de noviembre vista por Bloomberg News. El lingote de oro valía al menos 100.000 francos suizos (US$124.000) y el reloj podría valer hasta 25.000 francos, escribieron los políticos, citando estimaciones de la prensa del sector.
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La oficina del Fiscal General confirmó haber recibido la carta y otras dos sobre el caso, todas ellas presentadas contra “personas desconocidas”. Dijo que las examinará como haría con cualquier solicitud de este tipo, pero subrayó que hacerlo no significa que se haya abierto una investigación.
La Casa Blanca no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
“El ciudadano de a pie cuestiona con razón la legalidad de estos regalos ofrecidos al presidente estadounidense para conseguir que desbloquee un expediente de negociación comercial”, según la carta.
Las críticas reflejan el creciente malestar entre los políticos de izquierdas por el cabildeo que llevó a Suiza a conseguir este mes una reducción de los aranceles del 39% con los que Trump golpeó a Suiza el 1 de agosto. Un grupo de ejecutivos suizos de alto perfil visitó a Trump en el Despacho Oval a principios de este mes, donde se le entregaron los regalos.
El viaje, del que se informó al gobierno suizo y cuya preparación se coordinó con las autoridades, se produjo tras semanas de intensa diplomacia itinerante a Washington DC por parte de altos funcionarios suizos que buscaban hacer cambiar de opinión al presidente. El arancel del 39% supuso para la economía suiza, dependiente de las exportaciones, la primera contracción en más de dos años.
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En una declaración tras la reunión, los ejecutivos dijeron que su visita era una iniciativa privada, pero añadieron que el contenido de sus conversaciones con el presidente Trump fue compartido con el Gobierno suizo. “Toda nuestra iniciativa se llevó a cabo en el espíritu de la unidad suiza entre los sectores privado y público”, afirmaron.
Menos de dos semanas después de la reunión en el Despacho Oval, EE.UU. acordó reducir los aranceles sobre las importaciones suizas al 15%, a cambio de una amplia promesa de inversión de US$200.000 millones por parte de las empresas suizas en los próximos cinco años. Un acuerdo comercial global sigue siendo objeto de conversaciones, que los negociadores aspiran a concluir en el primer trimestre del año próximo.
Con la colaboración de Bastian Benrath-Wright y Catherine Lucey.
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