Bloomberg — Minuto a minuto, publicación tras publicación, la disputa muy pública de Elon Musk con el presidente Donald Trump hizo mella en su alardeado estatus como la persona más rica del mundo.
El daño final al final del día: US$34.000 millones borrados de su patrimonio neto personal, la segunda mayor pérdida de la historia del Índice Bloomberg de Multimillonarios de las 500 personas más ricas del planeta. La única mayor: su propia liquidación en noviembre de 2021.
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El ajuste de cuentas fue surrealista y también, en cierto modo, potencialmente inevitable para un presidente estadounidense que ha utilizado el Despacho Oval para despreciar a líderes mundiales y un jefe ejecutivo que tiene un historial de lanzarse de una cruzada a otra. El detonante fue el repentino impulso de Musk, apenas días después de su salida de Washington, para reunir el apoyo suficiente para “destruir” el emblemático “Gran y Hermoso Proyecto de Ley” de Trump.
Musk, que sigue siendo la persona más rica del mundo con una inmensa fortuna de US$334.500 millones, ya ha soportado antes cualquier cantidad de reveses. Pero lo que está en juego es más importante que nunca al enfrentarse a Trump, como dejó al descubierto el presidente cuando propuso poner fin a los contratos gubernamentales de Musk, en un golpe potencial a los ingresos de Tesla Inc. (TSLA) y SpaceX.
Al más puro estilo Muskiano, el multimillonario respondió en X con cinco palabras pronunciadas por el personaje de Clint Eastwood en Impacto Súbito : “Adelante, alégrame el día”. Continuó alegando, sin pruebas, que el nombre de Trump aparece en los archivos relacionados con el fallecido neoyorquino Jeffrey Epstein, y luego dijo que SpaceX comenzaría a desmantelar su nave espacial Dragon, un enlace espacial crítico para Estados Unidos, que depende de la empresa de Musk para transportar carga y astronautas a la Estación Espacial Internacional.
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La guerra de palabras supone un brusco cambio respecto a los meses posteriores a la victoria electoral de Trump, cuando el patrimonio neto de Musk alcanzó un máximo histórico cercano a los US$500.000 millones. Las valoraciones de sus empresas subieron, impulsadas por las expectativas de que se beneficiarían de la relación del multimillonario con Trump y de su papel como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental. Musk abandonó oficialmente Washington la semana pasada.
El camino de Tesla
La creciente disputa plantea interrogantes sobre el futuro de Tesla, que en su día atrajo a conductores preocupados por el medio ambiente, pero que desde entonces se ha convertido en sinónimo de las prioridades MAGA de Trump, alejando a los consumidores tradicionales de izquierda. Las acciones del fabricante de coches eléctricos cayeron un 14% el jueves, hasta los US$284,70.
Musk, por su parte, encuestó a sus seguidores X el jueves sobre si es “hora de crear un nuevo partido político en Estados Unidos que realmente represente al 80% del centro”.
Aunque la pérdida que Musk sufrió el jueves fue tan grande, es posible que no abarque el impacto total en su riqueza, ya que no refleja ningún daño al valor de sus empresas privadas, una fuente cada vez más importante de su patrimonio neto.
SpaceX, la startup privada más valiosa del mundo, se valoró en US$350.000 millones en una venta de acciones con información privilegiada en diciembre, lo que añadió US$50.000 millones a la fortuna de Musk. El acuerdo reflejaba en parte el optimismo de que se beneficiaría de los vínculos de Musk con la administración Trump; los ingresos totales de SpaceX y Tesla procedentes de contratos federales no clasificados desde el año fiscal 2000 ascienden a US$22.500 millones, según datos de Bloomberg Government.
Las otras empresas de Musk, incluida la compañía de IA y medios sociales xAI Holdings, también podrían verse perjudicadas por la disputa, sobre todo teniendo en cuenta que la propia fortuna de Trump está ligada a su empresa competidora Trump Media & Technology Group Corp.
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Incluso la startup de implantes cerebrales Neuralink, que en las últimas semanas recaudó US$650 millones de dólares en una ronda de financiación que la valoró en US$9.000 millones, podría pasar apuros si Trump decidiera atacarla a través de agencias como la Administración de Alimentos y Medicamentos.
Musk comenzó a principios de esta semana a arremeter contra el proyecto de ley de gastos aprobado por un estrecho margen por la Cámara de Representantes, argumentando que añadiría demasiado a la carga de la deuda del gobierno y llamándolo una “abominación repugnante”. La Oficina Presupuestaria del Congreso proyecta que añadiría US$2,42 billones al déficit durante la próxima década.
El proyecto de ley contempla la eliminación de los créditos fiscales a los vehículos eléctricos, que Trump ha dicho que es la raíz de la frustración de Musk. Los analistas de JPMorgan Chase & Co. (JPM) han estimado que las disposiciones recortarían unos US$1.200 millones de los beneficios de Tesla para todo el año.
Con la colaboración de Shelly Banjo, Jack Witzig y Phil Kuntz.
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