Bloomberg — Los activos brasileños cayeron el miércoles, posicionándose al tope de las pérdidas mundiales, a medida que la encendida retórica del presidente Jair Bolsonaro en las protestas del día anterior continúa enturbiando las perspectivas políticas y económicas del país.
El real cayó un 2,7%, siendo la moneda principal de peor rendimiento, mientras que las acciones se hundieron un 3,5% al punto más bajo en más de cinco meses. Los mercados brasileños estuvieron cerrados el martes por el feriado del Día de la Independencia del país, cuando miles de partidarios de Bolsonaro marcharon en manifestaciones progubernamentales con consignas contra el máximo tribunal y pedidos de intervención militar.
Bolsonaro, que habló ante multitudes en Sao Paulo y Brasilia, lanzó duras críticas al Tribunal Supremo y a las autoridades electorales. El presidente se ha enfrentado al máximo tribunal por lo que dice que son fallos que van más allá de su autoridad, y con las autoridades electorales por sus denuncias infundadas de fraude electoral.
“No aceptaremos más que personas como Alexandre de Moraes continúen arremetiendo contra nuestra democracia y faltando al respeto a nuestra Constitución”, dijo Bolsonaro en San Pablo, refiriéndose al juez de la Corte Suprema que ha autorizado investigaciones contra el presidente y sus aliados por supuestos ataques contra la democracia. “Nunca seré encarcelado”.
El presidente de la Corte Suprema, Luiz Fux, emitió una respuesta igualmente dura el miércoles. En una declaración de ocho minutos al inicio de la sesión, Fux dijo que “nadie” cerrará el Tribunal Supremo, como suelen exigir los partidarios de Bolsonaro, y pidió que el presidente y sus partidarios dejen de amenazar a los jueces y de socavar la democracia con falsas narrativas.
“El Tribunal Supremo no tolerará amenazas a la autoridad de sus decisiones. Representa un ataque a la democracia”, dijo, y agregó que esa actitud podría constituir el llamado crimen de responsabilidad, que sirve de base para el impeachment en Brasil.
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La “retórica ardiente” de Bolsonaro probablemente profundizará las tensiones entre el presidente y los tribunales, dijo la consultora política Eurasia en una nota. También podría dificultar que el gobierno encuentre una solución coordinada con los jueces al estancamiento causado por pagos ordenados por la corte y programados para 2022, considerados clave para las perspectivas fiscales del país.
“El ruido político seguirá siendo alto en Brasil”, dijo Greg Lesko, gestor de carteras de Deltec Asset Management en Nueva York. “Las tensiones locales golpean a Brasil en un mal día para los mercados emergentes en general”.
Las protestas también provocaron llamamientos más fuertes para la destitución de Bolsonaro. El gobernador de centro-derecha de San Pablo, Joao Doria, un aliado convertido en rival político, dijo públicamente por primera vez que apoya la destitución del presidente. La cúpula de su partido, el PSDB, dijo que se reunirá para discutir una posición sobre la apertura de audiencias de impeachment, una vía que aún tiene muy pocas probabilidades de éxito dada la alianza del presidente con partidos clave en el Congreso.
“No sólo es difícil destituir a un presidente con un 30% de aprobación, sino que el presidente de la Cámara Baja, Arthur Lira, sigue aliado a la administración”, según Eurasia.