Herederos de minorista brasileña Casas Bahia se pelean en los tribunales por una fortuna

Diez años después de la muerte del fundador Samuel Klein, el inventario sigue a la espera de la aprobación de los tribunales; uno de los hijos cuestiona el valor atribuido a la herencia, que sería superior a los US$97 millones declarados

Fachada de loja da Casas Bahia
12 de mayo, 2024 | 11:08 AM

Bloomberg Línea — Casi una década después de la muerte del fundador de la minorista brasileña Casas Bahia (BHIA3), los tres hijos del empresario Samuel Klein siguen en una batalla legal por la división de la fortuna del “rey del comercio minorista”, como era conocido el inmigrante polaco que falleció a los 91 años en São Paulo en 2014.

El proceso de discusión del inventario está detenido en el Superior Tribunal de Justicia de Brasil (STJ), sin fecha límite para su reanudación, debido a la solicitud de una investigación de paternidad. Los herederos e hijos del fundador, Michael, Saul y Eva, también están en conflicto en otros frentes.

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El caso estaba en secreto de justicia, que se levantó por orden judicial. Saul cuestiona el comportamiento de Michael mientras este fue el hombre de confianza de su padre en la gestión de Casas Bahia y sospecha del volumen real del patrimonio compartido, según documentos judiciales vistos por Bloomberg Línea. Una investigación policial indaga también la supuesta falsificación de las firmas del patriarca en documentos societarios.

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Al ser contactada por Bloomberg Línea, la defensa de Michael Klein no respondió a una solicitud de entrevista. Las defensas de Eva, que vive en los EE.UU., y de la familia de Moacyr Ramos, el supuesto hijo de Samuel que murió en 2021, con 45 años, no pudieron ser localizadas.

Casas Bahia no quiso hacer comentarios sobre la implicación de su marca y del mayor accionista individual de la empresa en la disputa sobre la herencia de su fundador.

Fundada en 1952 en São Caetano do Sul, São Paulo, Casas Bahia se ha convertido en una de las mayores minoristas de electrodomésticos, electrónica y muebles de Brasil.

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Más recientemente, sobre todo a partir de las décadas de 2000 y 2010, Casas Bahia ha perdido terreno con el auge de los actores tradicionales del sector, como Magazine Luiza (MGLU3), y de entrantes como MercadoLire (MELI) y Amazon (AMZN).

Los activos en litigio no afectan a la empresa cotizada, ya que se trata de activos que se separaron con el cambio de control en vida del patriarca. Casas Bahia tiene un valor de mercado aproximado de 680 millones de reales (US$132 millones), según el cierre del miércoles (8).

En 2009, Samuel Klein vendió el control de Casas Bahia a Grupo Pão de Açúcar, o GPA (PCAR3).

Diez años más tarde, Michael llegó a comprar acciones de la entonces llamada Via Varejo, que pertenecía a GPA. Hoy invierte en concesionarias de automóviles de lujo, como Mercedes-Benz y Jaguar Land Rover, y en una empresa inmobiliaria y de gestión de almacenes logísticos. Incluso invirtió en aviación ejecutiva (Icon Aviation), pero luego vendió los activos en 2021 a Voar.

El plan de distribución aún no ha sido ratificado por los tribunales porque STJ está a decidir si el inventario puede o no incluir a los herederos y la viuda de Moacyr Ramos.

Él reclamaba tener derecho a una parte de la herencia, pero nunca fue sometido a una prueba de ADN – hay una petición para realizar una prueba con material genético de los herederos de Moacyr y Samuel.

El inventario en sí sigue paralizado en un juzgado civil de São Caetano do Sul, en la Gran São Paulo.

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¿Cuánto dejó Samuel a sus hijos?

Cuando Samuel murió, en noviembre de 2014, Michael declaró que el patrimonio de su padre ascendía a 500 millones de reales (US$97 millones). De esta cantidad, 300 millones de reales (US$58,2 millones) se refieren al valor de la participación de su padre en la antigua Casas Bahia, antes de la transacción con Pão de Açúcar.

El resto (200 millones de reales, o US$ 38,8 millones) corresponde a otras propiedades y activos. Cuando se transfirió el control de la minorista a Pão de Açúcar, la familia Klein se quedó con la propiedad. Hasta hoy, cientos de tiendas de Pão de Açúcar pagan alquiler.

El memorando de entendimiento sobre cómo se llevaría a cabo la división implicaba a Michael, Saul, Eva y los dos hijos mayores de Michael – Natalie y Raphael. También hubo una escritura pública en los mismos términos que el plan de división, que se presentó ante los tribunales.

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La defensa de Saul afirma que, según este plan, le habrían correspondido 260 millones de reales (US$50,4 millones), pero que hasta la fecha sólo ha recibido 27 millones de reales (US$5,2 millones). Los abogados, que se hicieron cargo del caso en octubre de 2022, cuestionaron el valor del inventario. La sospecha es que el valor de los bienes compartidos podría llegar a 3.000 millones de reales (US$582 millones).

Los cambios en los estatutos antes de la muerte de Samuel y la transferencia de acciones a empresas propiedad de los hijos menores de Michael fueron citados por la defensa de Saul como evidencia de una supuesta estrategia para reducir el patrimonio del patriarca en sus últimos años.

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Peritaje en las firmas

Uno de los actos societarios cuestionados es el cambio de control de Casas Bahia entre octubre y noviembre de 2002, cuando Samuel (55%) dejó de ser el accionista mayoritario y pasó a ser minoritario, tras cancelar sus acciones a favor de su hijo Michael (45%). Tras dos actos societarios, la participación del patriarca cayó al 22,5%.

Los abogados y Saul contrataron en 2023 a dos peritos para verificar la firma de Samuel en los documentos y obtuvieron un informe que ponía en duda la legitimidad y autenticidad de las firmas. Michael cuestionó el trabajo de los peritos pagados por su hermano. Se pide que se abra una investigación policial sobre el posible delito de falsificación de las firmas.

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En la época de los actos societarios, Samuel ya estaba enfermo, con casi 90 años y frecuentes visitas al Hospital Israelita Albert Einstein, en São Paulo. Los registros médicos del patriarca fueron incluidos en la investigación. Los registros indican que el Instituto de Criminología de São Paulo tendrá que realizar una nueva pericia para verificar la autenticidad de estas firmas.

La estimación de la defensa de Saul es que más de 1.000 millones de reales (US$194 millones) tendrán que ser devueltos al patrimonio de Samuel si se anulan los actos societarios que dieron lugar a que Michael aumentara su participación accionaria antes de la muerte de su padre, aumentando la cantidad de dinero a dividir entre los herederos.

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Rastreo de los bienes del patriarca

Según la defensa de Saul, las cuestiones sobre el tamaño real de la herencia no se limitan a los recursos en Brasil. El argumento es que Samuel tenía bienes en el extranjero que podrían añadirse al inventario, aumentando la parte de cada uno de los herederos.

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Teniendo en cuenta el hecho de que Michael ayudó a su padre a dirigir el “imperio” minorista, los abogados de Saul cuestionan por qué el patriarca declaró que tenía 2.100 millones de reales (US$407,4 millones) en el impuesto sobre la renta en 2009, hizo un testamento con una donación de 883 millones de reales (US$171,3 millones) a cada uno de sus tres hijos y luego, en 2014, el año de su muerte, tenía “sólo” 500 millones de reales (US$97 millones).

La defensa de Saul afirma en el proceso que no tiene visibilidad sobre la totalidad del patrimonio de Saul a dividir, lo que sugiere rastrear los activos del patriarca en los EE.UU. y Nueva Zelanda, donde los hijos de Samuel tienen empresas. También investiga la supuesta participación de Saul en la antigua Via Varejo.

Estas dudas sobre el valor del reparto llegan en un momento en el que la familia del supuesto hijo Moacyr recurre ante el TSJ, tras perder en primera instancia, el derecho a ser incluida en el reparto. Este caso está pendiente de sentencia.

Además del inventario, Saul y Michael están luchando una disputa relacionada con un préstamo de 30 millones de reales (US$5,8 millones). El primero argumenta que su hermano no pagó íntegramente esta cantidad, mientras que el segundo afirma que incluso ofreció una garantía por el importe cobrado. El caso no está relacionado con el inventario.

En otro proceso, Saul fue noticia en 2023 tras ser condenado por el Tribunal de Trabajo de São Paulo a pagar 30 millones de reales (US$5,8 millones) por captar y explotar sexualmente a adolescentes y jóvenes. Por medio de su defensa, el empresario niega haber cometido delito.

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Fin del secreto del litigio

El 30 de enero de 2024, la justicia levantó el secreto del proceso al considerar que no existía “causa capaz de derogar el principio de publicidad”.

“La petición del ejecutor testamentario se basa en la inviolabilidad de la intimidad, la vida privada, el honor y la imagen de las personas. En sus contrarréplicas, además, añade como motivo el éxito profesional obtenido por el autor de la herencia”, reza el extracto de la sentencia dictada en el caso del recurso de reposición.

El inventario se inició el 16 de enero de 2015.

En marzo de ese año, Michael presentó las primeras declaraciones del inventario de su padre, indicando el valor de la herencia en 499 millones de reales (US$96,8 millones). Tras analizar documentos y operaciones societarias realizadas en los últimos años de vida de Samuel, entre noviembre de 2012 y noviembre de 2014, los abogados de Saul dijeron haber identificado activos por valor de más de 8.000 millones de reales (US$1.552 millones) en Brasil y US$500 millones en el extranjero.

Las operaciones realizadas en los dos últimos años de vida de Samuel habrían beneficiado directamente a sus hijos Michael y Eva, así como a sus dos nietos (Rafael y Natalie), según la defensa de Saul.

Estas operaciones (reducción del capital de la empresa, transferencia de acciones, donaciones directas e indirectas a Michael y a sus hijos) representaron, según los abogados, una reducción del patrimonio de Samuel de cerca de 8.000 millones de reales (US$1.552 millones).

Para probar las alegaciones del inventario, la defensa de Saúl presentó diversos documentos, como estatutos, anuncios al mercado, documentos societarios obtenidos en el registro civil de Nueva Zelanda, entre otros, para demostrar la transferencia del patrimonio de Samuel a sus hijos y nietos.

El principal expediente relativo a los bienes dejados por la muerte de Samuel es el inventario.

Además de esto, hay al menos cinco demandas que discuten temas como la obtención de documentos relacionados con las donaciones realizadas por Samuel en 2013 y mostrar pruebas del pago de Casa Bahia a Samuel relacionado con la reducción del capital social, por un importe de 377 millones de reales (US$73,1 millones).

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Michael Klein y otros implicados

Al ser contactada por Bloomberg Línea, la defensa de Michael Klein no respondió a una solicitud de entrevista. Las defensas de Eva, que vive en los EE.UU., y de la familia de Moacyr, no pudieron ser localizadas.

Casas Bahia no quiso hacer comentarios sobre la implicación de su marca y del mayor accionista individual de la empresa en la disputa sobre la herencia de su fundador.

En una entrevista concedida al periódico Estado de S. Paulo a principios de abril, Michael dijo que es un accionista pasivo, sin control de la minorista ni asiento en el consejo de administración, y que se dedica a gestionar su negocio de almacenes logísticos y concesionarios de automóviles en São Paulo.

“Hoy tengo menos del 10% [del Grupo Casas Bahia]. La familia en su conjunto tiene entre el 24% y el 25%. Redondeando, mi hija Natalie Klein tiene el 5%, mi hijo Raphael Klein tiene el 5% y mi hermana Eva, que vive en Estados Unidos desde hace 35 años, tiene el 5%”, declaró el empresario al periódico.

El empresario también comentó el reciente cambio de nombre de Via Varejo a Grupo Casas Bahia.

“Adoptamos Grupo CB. Mi registro es el mismo desde 1952, como Grupo Casas Bahia Comercial. Podemos usar cualquier nombre de fantasía, pero el registro sigue siendo el mismo. De vez en cuando, me bloquean los bienes debido a las deudas de la empresa minorista. El juez a veces confunde las empresas y tenemos que explicar que son dos empresas diferentes”, dijo Klein al periódico.

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