Bloomberg — Argentina pagó al Fondo Monetario Internacional 2.600 millones de dólares que vencían el martes, cumpliendo así con los principales vencimientos antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 19 de noviembre, según dos personas con conocimiento directo del asunto.
El gobierno, encabezado por el candidato presidencial y ministro de Economía, Sergio Massa, pagó al FMI mientras el banco central informaba que las reservas cayeron el martes a 21.900 millones de dólares, el nivel más bajo desde 2006. Con el pago, Argentina evita caer en atrasos -en el peor de los casos- en su programa del FMI de 43.000 millones de dólares, el mayor del prestamista.
Con unas reservas de liquidez muy reducidas, Argentina recurrió a una línea de swap de divisas de China y a la cantidad restante de derechos especiales de giro (DEG) del FMI de un desembolso de agosto para efectuar el pago el martes, según una de las personas. No estaba claro qué parte del swap con China había utilizado Argentina para efectuar el pago al FMI. Funcionarios argentinos confirmaron a principios de este mes que China les aprobó el uso de otros 6.500 millones de dólares de la línea swap de 18.000 millones.
Argentina debe al FMI otros 1.770 millones de dólares entre pagos de principal e intereses en noviembre y diciembre, según el sitio web del FMI.
Massa ha efectuado pagos al FMI en el último minuto unas cuantas veces este año utilizando diversos préstamos y divisas, lo que ilustra la falta de dólares de Argentina que está presionando al peso y los insostenibles controles de divisas. La escasez de dólares del gobierno encabezó otra polémica en los últimos días, cuando largas colas de automóviles se formaron alrededor de las gasolineras escasas de gasolina, en parte porque el gobierno no había pagado a los petroleros anclados frente a la costa argentina que esperaban con combustible.
Massa se enfrenta al candidato outsider Javier Milei en la segunda vuelta definitiva de noviembre, donde el futuro del acuerdo de Argentina con el FMI está en juego después de que Massa no haya cumplido los objetivos clave de este año.
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