El economista libertario y precandidato a la Presidencia en Argentina, Javier Milei, logró que ganar el centro de la escena con un debate que divide a los economistas: la dolarización. Milei está convencido, o al menos eso manifiesta, de que hay que eliminar el Banco Central de la República Argentina (BCRA) para sacarles a “los políticos” la posibilidad de emitir dinero y, a la vez, que hay que dolarizar la economía.
Según la mirada del libertario, esta determinación permitiría eliminar la inflación. Sin embargo, su propuesta ha recibido numerosos rechazos, por izquierda y por derecha.
Pros y contras de dolarizar
La Consultora 1816, una de las firmas a las que más siguen los bancos, realizó un análisis en su último informe en el que señala que hay un aspecto central sobre el que todos coinciden: al dolarizar, el país perdería flexibilidad para hacer política monetaria y cambiaria.
Al respecto, 1816 detalla: “Para algunos perder esa flexibilidad es algo negativo, ya que el país tendría más dificultades para absorber shocks, por ejemplo, y para otros algo positivo, ya que en el pasado la flexibilidad fucionó más como lastre para la economía que como un punto a favor”.
Por otro lado, 1816 aclara que existe una confusión entre el tipo de cambio de conversión de los stocks de pesos para que desaparezca la moneda local con el nivel de precios y salarios en dólares que tendría la economía una vez dolarizada.
A partir de este análisis, los autores del informe concluyen que el tipo de cambio de conversión sería sencillamente el que resulte de dividir los pesos que quiere rescatar el sector público por los dólares con los que cuente para llevar a cabo esa operación. Con pocos dólares y muchos pesos, ese tipo de cambio de conversión resultaría muy alto.
Dicho esto, 1816 detalla: “Si Argentina dolariza con un tipo de cambio de 1.000 (por poner un número) a valores de hoy, un salario que era de $100.000 mensuales arrancaría siendo de US$100 al mes. Lo que ocurrirá con el correr del tiempo es que habría inflación en dólares hasta que los precios se alineen medianamente con los valores internacionales, ajustados por la productividad argentina. Mientras los precios no sean lógicos, el flujo de capitales al país sería grande, eso incrementaría la oferta monetaria en dólares y presionaría sobre el Índice de Precios al Consumidor, que también sería en dólares”
Qué dice Javier Milei
Milei está convencido de que puede dolarizar la economía argentina a los precios que se observan actualmente en el mercado paralelo del dólar: “Si tuviera que dolarizar hoy lo haría a $480″, dijo, días atrás, cuando el billete verde estaba en ese nivel.
Esto fue en respuesta a algunos análisis económicos que planteaban que la dolarización se haría a $4.000 (otros economistas daban otros precios).
De todas formas, reconoció que para dolarizar necesitaría US$33.000 millones, pero está convencido de que el mercado se los va a prestar.
También destacó como positivo que Ecuador, el país que dolarizó en Sudamérica, tiene “la inflación más baja de la región”. Aunque, en realidad, el país menos inflacionario no Ecuador sino Panamá, seguido de Bolivia. Aunque es cierto que en los casos el incremento de precios es ínfimo en relación al resto de Latinoamérica.
“Entre 1880 y 1935 la Argentina no tenía Banco Central y la inflación anual era del 1%. Desde la implementación del BCRA, el único período sin inflación fue con Cavallo”, disparó Milei en una entrevista con Radio Continental.
Por otro lado, el líder de Libertad Avanza sostuvo que el mayor problema que tendrá en llevar a cabo su iniciativa si gana la Presidencia es el entramado legal. Por ello, aseguró que si la dolarización no lograse pasar la instancia del Congreso llamaría a un referéndum.
Las críticas desde el PRO
No solo el peronismo ha cruzado las ideas de Milei, sino que los principales referentes económicos del PRO también han rechazado la dolarización:
“(La dolarización) es muy atractiva para entrar, porque puede bajar la inflación rápido, pero es muy difícil de salir. Hoy Ecuador no sabe cómo salir de ese cepo monetario. En este caso, ni siquiera es fácil entrar, porque necesitarías $3.000 por dólar”, aseguró el exministro de Economía Hernán Lacunza, en diálogo con CNN.
“Es una solución mágica muy peligrosa que apela al imaginario colectivo de la Convertibilidad (...). Es una simplificación, porque las condiciones iniciales son distintas: para tener la convertibilidad habíamos pasado por dos hiperinflaciones y hoy una hiperinflación te dejaría la pobreza en 60%”, ratificó Lacunza.
El diputado Luciano Laspina, la otra espada económica del PRO y, particularmente, de Patricia Bullrich, sostuvo: “Ni cepo cambiario ni dolarizaciín. Moneda nacional convertible (que no es tipo de cambio fijo sino tipo de cambio único) y libre elección de monedas. Eso es libertad y no populismo. No hay que cambiar de collar, hay que dejar de ser perros”.
