Bogotá — La noticia del momento, que cogió por sorpresa al mercado, fue la que se conoció en la noche de este miércoles 10 de noviembre cuando se informó que las acciones del Grupo Nutresa serían suspendidas de su cotización en la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) por una oferta pública de adquisición (OPA).
Lo anterior se dio luego de que la Superfinanciera recibiera una solicitud de Nugil SAS, de la familia millonaria Gilinski, para hacer una OPA con el fin de adquirir una cantidad de acciones mínima equivalente al 50,1% y una cantidad máxima equivalente al 62,625% del Grupo Nutresa. Esto en el mundo financiero se conoce como una OPA hostil o toma hostil.
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Una toma hostil es entendida como aquella en la que una empresa o varias buscan conseguir el control mayoritario sobre otra compañía dirigiendo la negociación directamente con los accionistas, sin hacerlo primero con el equipo directivo. Es decir, se salta un paso de la parte administrativa en la negociación. En Colombia este tipo de tomas no son frecuentes por varias razones que mencionaremos más adelante.
Pero así como hay alternativas para hacer tomas hostiles en las empresas a través de OPAs, también hay estrategias de defensa para enfrentar una adquisición de este tipo. En Bloomberg Línea como ejercicio pedagógico mencionaremos algunas de estas a continuación.
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En un documento académico de Stefania Rodríguez Plazas y Diana Marcela Torres de la Javeriana sobre adquisiciones hostiles de compañías, las especialistas en derecho comercial exponen algunos de los tipos de defensa que hay para impedir o prolongar la pérdida de control de la compañía:
- Píldora envenenada: en términos generales este tipo de defensa consiste en que la empresa ‘objetivo’ se endeuda sin control, adquiriendo deudas por préstamos ocasionando con esto que el valor de las acciones bajen considerablemente y la compañía pierda valor haciéndola menos atractiva para la empresa adquiriente.
- Otro tipo de píldora venenosa que existe es establecer en los estatutos sociales que si llegase a existir un cambio de control en la compañía los nuevos propietarios se verán obligados a reembolsar la deuda de la empresa o pactarán mayores dividendos en forma de acciones preferenciales, bonos convertibles o creando en sus estatutos opciones de compra. Todo esto haría que adquirir la empresa sea más complejo y podría hacer que la transacción pierda interés.
- El caballero blanco: las expertas exponen que teniendo en cuenta la situación presentada en la que una empresa quiere adquirir hostilmente a otra que no quiere vender, esta busca una tercera empresa a la que se le venderá la totalidad o parte de la empresa “atacada”. Así la empresa atacada elegiría quién será la que tome el control de la misma y luego podrían formar una fusión formando una empresa más fuerte.
- Ahí es donde entra el caballero blanco que actúa en el mismo sentido y con el mismo objetivo de la empresa atacada, pero no siempre este es el mejor de los escenarios pues el caballero puede convertirse en el villano y actuar contra la empresa que ha buscado su apoyo. Así es posible que el caballero blanco termine siendo negro, dejar de ser amistoso, e irse en contraposición a los intereses de la empresa.
- El tiburón financiero: en términos generales este mecanismo de defensa es un inversionista que por lo general es una persona natural reconocida en el sector financiero que busca maximizar sus ganancias, o sea ganar dinero con la inversión realizada en la empresa “objetivo”. Para este inversor resulta indiferente si toma un papel como directivo de la empresa, su interés primordial es que a la empresa le vaya bien para que le genere réditos.
- Las expertas dicen que de esta manera el tiburón financiero se convierte en una importante salida para la empresa “objetivo” porque van a negociar con un inversionista que cuenta con una buena reputación en el sector financiero que podría inyectar capital y así contrarrestar los ataques de la empresa “adquiriente”. Pero aquí también hay un riesgo, que este inversor no comparta los intereses de la empresa “objetivo” y se genere el mismo escenario previsto que el caballero blanco.
- Joya de la corona: activando este mecanismo de defensa se busca vender solo los activos que resulten más interesantes para la empresa adquiriente. Además, las compañías suelen suscribir un acuerdo que contenga el derecho de recompra de los activos. “Con esta venta el precio de los activos bajará y por ende el precio ofrecido por la empresa “atacante” va a ser muy superior a comparación con el valor estimado de la empresa”.
- Las expertas exponen que “en ese orden de ideas, la empresa adquiriente desea comprar una parte de la compañía, esto es, una línea de negocio específica que en ese momento puede ser productiva económicamente hablando y por ende resulta atractiva, por lo que para evitar la toma de control la empresa “objetivo” hace todo lo necesario para vender esa parte de los negocios en marcha a un tercero y así defender los intereses conjuntos de la sociedad y de los socios”.
De otro lado Andrés Moreno, analista bursátil y asesor financiero, explicó que también existe la opción de hacer una OPA competitiva en la que los máximos accionistas mejoran la oferta que está haciendo la familia Gilinski “y pueden empezar a hacer una puja. Es posible que el GEA haga una oferta competitiva una contra otra”.
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Al preguntar qué tan factible es que se logre la toma hostil de Nutresa, Felipe Campos, director de investigaciones económicas de Alianza Valores, respondió que le da “una probabilidad bien baja y creo que el GEA debe responder materialmente a los accionistas con una contraoferta”.
Campos también explicó que las tomas hostiles eran más frecuentes en los años 80 o 90. Agregó que “estamos hablando de una década de precios comprimidos en las bolsas mundiales, excepto la gringa, me imagino que la renta variable por 10 años no ha sido un sitio muy atractivo para buscar oportunidades, aunque sí hay acciones baratas, no ha habido unas expectativas de valorización importante. Puede ser eso, una década muerta y que ahora se estén empezando a mostrar cambios”.
Carlos Caballero, docente de la Universidad de los Andes y expresidente de la Bolsa de Bogotá, comentó que en Colombia “no hay este tipo de operaciones porque la propiedad de las empresas está muy concentrada y es poco el porcentaje que se transa en Bolsa. En el caso Nutresa aparentemente el GEA estaba tranquilo con el 45% y no consideraba la posibilidad de una toma hostil”.
Caballero también mencionó que “la última toma hostil que recuerdo fue la del Banco de Bogotá en 1981, cuando el Grupo Sarmiento compró acciones en Bolsa del Banco de Bogotá, cuya propiedad estaba bastante dispersa y vino una guerra por el control del Banco entre el Grupo Sarmiento y el Grupo Bolívar”.
Por último, hay que tener en cuenta que los principales accionistas de Nutresa, con corte a 2020, son: Grupo Sura (35,25%), Grupo Argos (9,83%), Fondo de Pensiones Obligatorias Porvenir Moderado (6,31%), Fondo Bursatil Ishares Colcap (3,97%) y Fondo de Pensiones Obligatorias protección Moderado, con el 3,32%.
Además, el Grupo Nutresa, tiene presencia directa en 14 países con 47 plantas de producción y cuenta con 19 marcas con ventas mayores a US$50 millones. Fundada en 1920, cuenta en la actualidad con cerca de 46.000 colaboradores y opera a través de ocho unidades de negocio: cárnicos, galletas, chocolates, tresmontes lucchetti -tmluc-, cafés, alimentos al consumidor, helados y pastas.
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