JPMorgan: resultado fiscal en Chile será mejor de lo esperado para 2022

Diego Pereira, economista jefe del banco de inversiones estadounidense para el Cono Sur, dijo a Bloomberg Línea que la política fiscal ha sido contractiva, aunque en “menor proporción de lo necesario”

Logo de JPMorgan Chase & Co. en una puerta. Fotógrafo: ANDREW HARRER
04 de octubre, 2022 | 05:00 AM

Santiago — Todas las proyecciones apuntan a una recesión de la economía chilena para 2023. El banco central, en su Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre, estima que el Producto Interno Bruto (PIB) caerá de entre -1,5 y -0,5% en 2023.

Para JPMorgan el riesgo a una contracción mayor dependerá, en gran cuota, de la evolución del escenario económico global. Las políticas de la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos para frenar el impulso de la inflación y el ritmo del crecimiento mundial serán claves.

Diego Pereira, economista jefe del banco de inversiones para el Cono Sur, analiza el caso chileno, donde el alza de los precios al consumidor, empujaron al banco central a llevar a la tasa de política monetaria hasta 10,75%. Pero también ofrece su visión sobre la política fiscal en este país.

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A continuación, Pereira responde a Bloomberg Línea interrogantes sobre el panorama económico de Chile:

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¿Cómo evalúan la situación fiscal de Chile?

El resultado fiscal para este año será mucho mejor de lo esperado hace unos meses atrás. Por el lado de los ingresos, la mejora fiscal ha sido explicada por una demanda doméstica, que creció por encima del potencial (en particular, el consumo); la alta inflación, y niveles de precios del cobre muy altos durante casi la mitad del año.

Por el lado de los egresos, la base de comparación es anormalmente alta dada la magnitud de las transferencias fiscales observadas en la segunda parte del año pasado. El resultado fiscal seguramente cierre el año 2022 con un superávit. Pero, a la espera de los detalles del presupuesto, el aumento de gasto público y menores ingresos tributarios esperados por caída en los niveles de actividad sugieren volver al rojo fiscal en 2023.

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Asimismo, la recaudación asociada a la reforma tributaria no aparece como conservadora, aunque queda por ver cómo evoluciona la discusión en el Congreso al respecto. Finalmente, el riesgo al crecimiento real global se sugiere como sesgado a la baja. Todos estos factores sugieren un nivel de deuda pública por encima de lo que proyecta el Gobierno para 2025-2026.

¿Cuánto está afectando la incertidumbre a la economía chilena?

En tres canales principales. El primero, el pobre desempeño de la inversión cuando se controla por precios de las materias primas y otros ajustes. El efecto sobre la demanda agregada quedó disimulado por la dinámica insostenible del consumo, pero la inversión ha caído en términos secuenciales en el primer y segundo trimestre del año.

El segundo, la performance de los activos domésticos, en particular el tipo de cambio. La incertidumbre local, a la luz de los desequilibrios externos devenidos de niveles insostenibles de consumo, han presionado el peso chileno a la baja. El tercero —relacionado al anterior— un mayor coeficiente de traspaso del tipo de cambio a los precios al consumidor.

¿Qué escenarios están proyectando para el peso chileno tras la culminación de la intervención cambiaria?

Se espera que el déficit de cuenta corriente se modere en los próximos trimestres, y que las condiciones monetarias domésticas se hagan más restrictivas. El aumento del gasto público puede generar un poco más de presión sobre el peso, pero en el fondo lo que dominará en el corto plazo serán los precios del cobre y las condiciones financieras externas. En nuestro escenario base vemos el USDCLP en 950-960 a fin de año.

La inflación está siendo persistente en Chile: ¿El Banco Central se está quedando sin combustible para enfrentar el alza de los precios?

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La persistencia de la inflación es esperable dado los factores estructurales, la acumulación de shocks externos inflacionarios, la debilidad del peso, y el hecho de que partimos el año 2022 con un PBI real 4 a 5 %-pt, por encima de su nivel potencial. La política fiscal ha sido contractiva, pero en menor proporción de lo necesario para cerrar los desequilibrios en forma más rápida.

El banco central ha reaccionado, pero en mi opinión la rapidez del ajuste monetario fue inferior a la óptima. Queda continuar con el proceso restrictivo. En nuestro escenario base la Tasa de Política Monetaria (TPM) llegaría a 11,5%, pero el riesgo de la proyección es al alza, no a la baja.