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Bolsonaro sigue la estrategia de Trump de cara a las elecciones y alarma a los operadores brasileños

El presidente ha despotricado contra el sistema electoral, insultando a los jueces del Tribunal Supremo y poniendo en duda el proceso de votación electrónica. Ello, junto a una posible política fiscal más relajada, ha generado incertidumbre en los mercados.

El presidente brasileño Jair Bolsonaro durante un discurso en el Palacio de Planalto.
Por Maria Eloisa Capurro y Josue Leonel
16 de agosto, 2021 | 09:03 AM

Bloomberg — La campaña de Jair Bolsonaro contra el sistema de votación de Brasil y su iniciativa para impulsar el gasto social de cara a las elecciones presidenciales del próximo año están atenuando los efectos de una de las políticas monetarias más agresivas del mundo en los mercados.

Después de que el banco central llevara a cabo la mayor subida de tasas en casi dos décadas a principios de este mes, la sacudida al real duró sólo unas horas antes de que esta se viera superada por las crecientes tensiones políticas relacionadas con la votación de 2022. Los responsables de la política monetaria, criticados por tener que correr de atrás a los mercados a principios de año, están viendo cómo las expectativas de inflación siguen aumentando a pesar de las promesas de ofrecer otros 100 puntos básicos o más en la próxima reunión, de ser necesario.

La situación política, con las tentaciones populistas de cara a unas elecciones difíciles en 2022, están provocando incertidumbres fiscales, y probablemente estas sólo aumentarán a medida que se acerquen las elecciones”, dijo Mariam Dayoub, economista jefe de la gestora de activos Grimper Capital. “Los riesgos fiscales deberían limitar cuánto puede subir el real incluso con un banco central más halcón”.

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El real se ha mostrado volátil, reaccionando ante preocupaciones por el frente fiscaldfd

Siguiendo los pasos del expresidente estadounidense Donald Trump, Bolsonaro ha despotricado casi a diario contra el sistema electoral del país, insultando a los jueces del Tribunal Supremo y poniendo en duda el proceso de votación electrónica de Brasil antes buscar la reelección. Ni siquiera las dos derrotas consecutivas en el Congreso del proyecto de ley que restablecería las papeletas han calmado las aguas.

Al mismo tiempo, a medida que la pandemia erosiona su base de apoyo, Bolsonaro ha prometido un aumento masivo de los programas sociales, reavivando las preocupaciones de los inversores de que Brasil gastará en exceso, descarrilando las frágiles cuentas fiscales que el ministro de Economía Paulo Guedes debía arreglar.

Ver más: Economistas brasileños ven tasa de referencia más alta ante aceleración de inflación

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El riesgo de los bonos del país, medido por los swaps de default a cinco años (CDS, por sus siglas en inglés) está en su nivel más alto desde mayo, habiendo registrado uno de los peores resultados del mundo en el último mes. La divisa, que había repuntado fuertemente desde su mínimo de marzo, ha oscilado significativamente en las operaciones intradiarias y ha bajado un 1,4% desde la decisión del 4 de agosto, hasta 5,24 reales por dólar. Es la de peor rendimiento entre las divisas latinoamericanas en ese lapso.

Está muy claro que si no fuera por el ruido fiscal y político, el real estaría cotizando más fuerte que 5 por dólar, y los mercados estarían pronosticando una trayectoria más benigna para la inflación”, dijo Tony Volpon, ex director del banco central que es estratega de inversiones en Wealth High Governance.

El turbulento escenario político y fiscal también está dificultando la capacidad del banco central de controlar las expectativas de inflación. Tanto Bank of America como Barclays han aumentado las estimaciones de los precios al consumidor en los días posteriores a la decisión. La mayoría de los analistas ven los precios al consumidor en 7,05% a finales de año, por encima del objetivo del 3,75%. Más preocupante aún es que también ven la inflación por encima del objetivo en 2022.

Aumento de precios al consumidor y estimaciones en Brasil, en comparación con la meta establecida por el banco central.dfd

El presidente del Banco Central, Roberto Campos Neto, reconoció los retos que supone anclar las expectativas de inflación en un evento online la semana pasada y dijo que los mercados están preocupados por la situación fiscal de Brasil, un país que ya estaba muy endeudado antes de la pandemia.

“Cualquier noticia que afecte a los niveles de deuda genera mucho ruido”, dijo.

Un día antes, el director de política monetaria, Bruno Serra, dijo que la volatilidad del real está siendo más alta de lo que él preferiría.

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En múltiples ocasiones este mes, los mercados han recortado o revertido ganancias debido al ruido político derivado de la insistencia de Bolsonaro de que el sistema electoral está amañado en su contra. Una reunión cancelada entre Bolsonaro y altos funcionarios judiciales, junto con múltiples investigaciones sobre sus acciones, han desinflado subidas y han hecho subir la curva de los tipos de interés. Durante el fin de semana, Bolsonaro anunció en las redes sociales que tiene la intención de solicitar la destitución de dos miembros del máximo tribunal.

El día de la votación en la Cámara Baja sobre el proyecto para impulsar la papeleta, las Fuerzas Armadas hicieron desfilar tanques por las calles, lo que aumentó el nerviosismo en Brasilia. Los opositores advierten que Bolsonaro está preparando el terreno para negarse a aceptar los resultados de la votación del próximo año si pierde, de forma similar a lo que hizo Trump.

Ver más: Cámara Baja de Brasil rechaza cambio en el sistema de votación propuesto por Bolsonaro

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La oficina de prensa de la presidencia no respondió a una solicitud de comentarios sobre los comentarios de Bolsonaro y el impacto en los mercados.

La tasa de swaps para enero de 2029 se sitúa ahora por encima del 10%, el nivel más alto desde 2018. La tasa clave Selic, que fue recortada a un mínimo histórico del 2% durante el pináculo de la pandemia, se ha disparado de nuevo al 5,25% este año con expectativas de que podría subir hasta el 8% a finales de año.

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No es sólo el ruido político lo que preocupa a los inversores. Los economistas ven el déficit fiscal en un 7,2% este año y en un 6,4% en 2022, según una encuesta de Bloomberg. Los gastos de campaña para ganarse el favor de los votantes, incluyendo un programa social renovado, podrían empeorar esas cifras.

El fondo de cobertura Verde Asset Management planteó la semana pasada su preocupación por una trayectoria fiscal “errática” y dijo que el país está “coqueteando peligrosamente” con su propio pasado. La deuda neta de Brasil con respecto al PIB se mantiene por encima del 60%, la más alta desde principios de los años ochenta. Un mayor gasto no sólo deterioraría la situación fiscal del país, sino que contaminaría las expectativas de inflación.

Un grupo de empresarios e inversores firmó la semana pasada un manifiesto en defensa de la democracia brasileña en respuesta a la retórica de Bolsonaro. Es la segunda vez que un grupo de este tipo se pronuncia contra el gobierno. La primera fue a principios de este año, cuando banqueros y multimillonarios protestaron por el manejo de la administración de la pandemia. En ambas ocasiones las cartas se detuvieron sin nombrar a Bolsonaro

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“Los gestores de carteras son muy escépticos con Brasil”, dijo Luiz Fernando Figueiredo, director general de Maua Capital y ex director del banco central que firmó el manifiesto. “Entre el manejo de la pandemia, la Amazonía, la sostenibilidad, el crecimiento a largo plazo, la imagen es realmente mala”.

-- Con la ayuda de Daniela Milanese y Marisa Castellani.

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