Bloomberg — El final de septiembre en el mercado bursátil fue un momento de volatilidad, de cobertura acelerada y de malestar económico. Sin embargo, no provocó un reordenamiento extremo en el sentimiento de los operadores, y para algunos miembros de la vieja guardia de Wall Street eso es preocupante.
Aunque el S&P 500 registró su peor rendimiento mensual desde marzo de 2020, no hubo señales del tipo de rendición catártica apuntando a que se haya tocado fondo. En medio de otra ola de ventas a principios de la semana, los fondos de cobertura seguidos por Goldman Sachs Group Inc. fueron sólo vendedores “modestos”. El martes, cuando el índice de referencia sufrió su mayor caída en cuatro meses, las salidas de los fondos de renta variable que cotizan se redujeron a sólo una fracción de lo que se había visto la semana anterior.
Al mismo tiempo, tampoco se observaron las compras masivas que marcaron las salidas de las caídas anteriores. Los operadores minoristas se alejaron de su instrumento especulativo favorito. El jueves, el S&P 500 se acercó dos veces a los 4.385 puntos antes de bajar. El fracaso se produjo un día después de que el nivel (que actuó como techo en julio y luego sirvió de soporte en agosto) frustrara los cuatro intentos de ruptura del índice.
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“Hasta que veamos un lavado o una compra impulsiva, no se puede descartar un movimiento hacia la media móvil de 200 días en el S&P 500″, dijo John Kolovos, estratega técnico jefe de Macro Risk Advisors. La media móvil de 200 días del índice se sitúa cerca de los 4.135 puntos, lo que supone un descenso del 4% desde su último cierre.
Las acciones han caído debido a que el aumento de los rendimientos de los bonos ha hecho que los inversores huyan de las acciones tecnológicas, con valuaciones altas. A la lista de preocupaciones se suma la inquietud por el techo de la deuda pública de los Estados Unidos, la creciente estática política en torno a la Reserva Federal y las interrupciones en la cadena de suministro.
Pero el pánico estuvo ausente durante el peor día del desastre. El martes, cuando el S&P 500 se desplomó un 2%, las ventas en corto de los fondos de cobertura se mantuvieron estables, a diferencia del 20 de septiembre, cuando un descenso menor provocó un aumento del 5,5% en las posiciones bajistas, según datos de clientes recopilados por Goldman. Y las salidas de fondos cotizados ese día alcanzaron los US$1.700 millones, por debajo de los US$12.000 millones retirados el 20 de septiembre, según datos de Bloomberg.
En la base de la venta del martes estaban los operadores sistemáticos que asignan activos en función de la volatilidad, según el estratega de Nomura Securities Charlie McElligott. Él estimó que los fondos de control de volatilidad y las estrategias de riesgo dirigidas probablemente recortaron sus tenencias de acciones en US$35.000 millones sólo ese día.
En general, el miedo aún no ha alcanzado niveles que indiquen una oportunidad de compra. Nicholas Colas, cofundador de DataTrek Research, afirma que uno de los indicadores que vigila es el índice de volatilidad Cboe, o VIX. El indicador alcanzó un máximo de 25,7 este mes, por debajo de la lectura de 36 que suele señalar lo que él llama un “mínimo negociable”.
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“Estamos esperando niveles mejores antes de volver a ser tácticamente alcistas”, dijo Colas. “Recomendamos a los inversores de largo plazo que se preparen para unas próximas semanas difíciles”.
Los habituales compradores en caídas tampoco se mostraron entusiasmados. Los inversores minoristas, que se ubican entre los mayores aliados del mercado alcista, han frenado sus compras de opciones alcistas, al tiempo que han aumentado las apuestas contra las acciones.
De hecho, un operador acaba de colocar una posición de cobertura masiva a través de opciones para proteger una cartera de acciones en caso de que las pérdidas del S&P 500 se conviertan en una bola de nieve del 20% durante el cuarto trimestre.
Para Matt Maley, estratega jefe de mercado de Miller Tabak + Co., es probable que el mercado siga la pauta de hace un año, cuando el salto de los rendimientos del Tesoro llevó al S&P 500 a una corrección del 10%. Y con el giro de la Fed hacia una política monetaria más restrictiva, será mejor que los inversores se preparen para una mayor agitación, dijo.
“Creemos que la corrección será probablemente más profunda”, dijo Maley. “Este año, la Reserva Federal está a punto de reducir su programa masivo de flexibilización cuantitativa (QE) y empieza a hablar de subir las tasas antes de lo que el mercado ha calculado. El año pasado por estas fechas, el programa QE funcionaba a toda máquina”.
Con la asistencia de Melissa Karsh.