De 4 fechas clave para definir el aumento del salario mínimo en 2022, este viernes se desarrolla la primera. Hoy se citó a toda la comisión de concertación salarial y habrá dos reuniones importantes, entre estas conocer informes del Banco de la República y el Dane y hablar del dato de productividad.
Hasta el 15 de diciembre se vence el primer plazo para llegar a un acuerdo sobre el aumento, en caso de que no se logre en esta primera etapa se darían más días y si no se llega a ninguna negociación antes del 30 de diciembre el Gobierno lo definirá vía decreto, como ha sido usual en los últimos años.
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Ad portas de que se defina el aumento salarial para 2022 y en pleno año preelectoral, algunos candidatos no han perdido la oportunidad de mostrar sus cartas y sugerir cuánto debería ser el aumento, otros han sido más cautelosos y prefieren no comprometerse con un dato puntual, pese a que dan algunas señales de cuánto sugieren.
Con más de 55 precandidatos presidenciales para 2022 en Colombia, Bloomberg Línea contactó desde inicios de noviembre a algunos de ellos, puntualmente a 8 para conocer cuánto debería subir el salario mínimo y si están de acuerdo o no con un salario diferencial por regiones.
De los consultados, Gustavo Petro, Alejandro Gaviria y Rodolfo Hernández y sus equipos de comunicaciones no entregaron ninguna respuesta a este medio. Los otros 5 precandidatos consultados fueron: Sergio Fajardo, Federico Gutiérrez, Óscar Iván Zuluaga, Juan Carlos Echeverry y David Barguil.
¿Cuáles son las apuestas de los precandidatos?
Antes de entrar en otros detalles vale recordar que el salario mínimo de Colombia vigente para 2021 es de $908.526, sin incluir el subsidio de transporte. Este aumentó 3,5% de 2020 a este año, pues en medio de la crisis del coronavirus el sueldo mínimo el año pasado fue de $877.803.
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Además, hay que recordar que para definir el salario mínimo del próximo año las variables clave siempre son: productividad e inflación. Este año la inflación se acercará al 5%, casi 2 puntos por encima de la meta del Banrep (3%) y se prevé que la productividad sería positiva y del orden del 3%.
De menor a mayor:
Aunque David Barguil, el senador y candidato presidencial de los conservadores, no entregó un dato puntual dijo que el mínimo de 2022 debería estar significativamente por encima de la inflación con la que Colombia cerraría 2021, es decir, propone que sea más de 5%, lo que representa más de $45.426. De lograrse, el mínimo -sin subsidio de transporte- sería superior a los $954.000 el próximo año.
“El salario mínimo en Colombia debe garantizar un equilibrio que le ofrezca la máxima cantidad posible de ingresos al trabajador para que este tenga la capacidad de consumir y suplir en términos reales sus necesidades y a la vez evite el deterioro de los empleos formales en Colombia que conduzca a una mayor informalidad laboral”, dijo Barguil en respuesta a un cuestionario de Bloomberg Línea.
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Según le dijo a este medio el precandidato y exgobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, “el crecimiento del salario mínimo para 2022 en cualquier caso no debería ser menor al 6%, teniendo en cuenta las proyecciones de inflación al cierre de este año”. Así las cosas, el aumento que propone Fajardo, superior al 6%, representaría $54.511. Es decir, el mínimo -sin incluir el subsidio de transporte- rondaría los $963.000 el otro año.
Fajardo añadió que de llegar a la Presidencia, “haremos lo posible por establecer confianza para que a través del diálogo se lleguen a acuerdos en donde se proteja el poder de compra del salario, se reconozca la evolución de la productividad laboral y también la situación de la población con ingresos informales. Ese equilibrio se consigue con una discusión abierta y transparente”. Esto, teniendo en cuenta que muchas veces el Gobierno es el que decreta el aumento a falta de acuerdos.
Aunque el 19 de noviembre el precandidato Federico Gutiérrez, exalcalde de Medellín, le respondió por escrito a este medio que “la definición del salario mínimo es un tema serio. Se trata del bolsillo de los colombianos. No me corresponde decirle al Gobierno ni a los trabajadores cuento debe ser. Eso requiere estudio con los expertos, y discusión con las partes, no es una intensión política”, 10 días después propuso a través de su cuenta de Twitter que el mínimo fuera de $1 millón.
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La propuesta de Fico, como se le conoce popularmente al precandidato, representa un aumento del orden del 10% para 2022 que significaría un crecimiento en $91.474. La subida del mínimo debe ser “el resultado de un acuerdo centrado en la necesidad de impulsar la reactivación de la economía después de la pandemia, en mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y en contribuir al crecimiento de la economía. Sin crecimiento. No hay empleo y sin empleo no hay salario”, resaltó Gutiérrez a este medio.
A Óscar Iván Zuluaga, exministro de Hacienda y candidato del Centro Democrático, también le suena el 10%. A inicios de diciembre resaltó a través de su cuenta de Twitter que “hay que hacer un aumento generoso en el salario mínimo”. Con un aumento del 10% ($91.474) el salario mínimo, sin incluir el subsidio de transporte, quedaría en $1 millón.
Por lo pronto, el que pide que haya un mayor aumento del salario mínimo es el exministro de Hacienda y precandidato presidencial, Juan Carlos Echeverrry. Propone que sea del 11%, lo que representaría una subida de $99.937. Así las cosas, el mínimo que no incluye el subsidio del transporte quedaría en $1′008.463.
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Entre las razones de ese aumento, que ha expuesto públicamente Echeverry está que la inflación sería del 5% este año, que sumado a la productividad que sería del orden del 3%, ya daría un aumento mínimo de 8%. “Los tres puntos adicionales legitiman a empresarios solidarios y defienden la economía de mercado para todos”.
¿Les gusta el salario mínimo diferencial en Colombia?
De 4 precandidatos que respondieron a Bloomberg Línea, solo uno no está de acuerdo en que se avance hacia un salario mínimo diferencial en el país. Expertos han dicho que ello facilitaría la contratación en las ciudades pues no todas tienen el mismo costo de vida o productividad, por ejemplo.
Sergio Fajardo respondió a Bloomberg Línea el 11 de noviembre que no cree “que sea conveniente, entre otros, porque las regiones con menor productividad son también las más pobres, por lo que la propuesta aumentaría las desigualdades regionales”.
“Las soluciones de fondo al tema del empleo pasan, entre otros, por aumentar las capacidades del país en la formación para el trabajo, repotenciar el Sena y acelerar políticas de desarrollo productivo con enfoque territorial que permitan conectar las necesidades de las empresas con la oferta educativa. Hoy el 50% de los empleadores dicen no encontrar el personal calificado que requieren”, agregó Fajardo.
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Por su parte, David Barguil respondió el 10 de noviembre que no está cerrado a la posibilidad de un salario mínimo diferencial “que respete los derechos adquiridos de la población. En Colombia existen muchas regiones con diferentes economías, costos de vida y productividad diferenciada; por ello el análisis debe incluir los beneficios que tendría para la disminución de la pobreza, aumentar la productividad de las empresas, identificar la oferta laboral diferenciada y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos”.
Para Fico, que respondió el 19 de noviembre, sí debería haber un salario mínimo diferencial. “Yo creo en el salario diferencial por regiones y entre los contextos urbanos y rurales (...) Tenemos un problema muy grande y es que más del 60% del trabajo es informal, y eso explica en gran medida las diferencias en términos de desigualdad y pobreza entre las regiones. Por ejemplo, hoy el salario rural real es una tercera parte del salario urbano y no conlleva ninguno de los beneficios de la formalidad”.
Echeverry también es de los que ha defendido el salario mínimo diferencial en varias oportunidades. Recientemente en una columna en El Tiempo destacó que es “el momento de introducir aumentos diferenciales de salario por departamento. En Boyacá, Córdoba y La Guajira, los aumentos de costo de vida son menores; el mínimo allí puede subir 8%. Mientras que en Atlántico, Norte de Santander o Quindío se puede llegar al 11%”.