El negocio redondo detrás de ser “la casa” de la Selección Colombia

Bogotá — Más que un tema futbolístico, el tema de ser la sede de la Selección Colombia pasa por lo económico teniendo en cuenta el efecto que generan en el turismo, el comercio e incluso la infraestructura, dado que para la construcción de la última sede deportiva se destinaron cerca de US$10 millones de recursos propios de la Federación Colombiana de Fútbol.

Los malos resultados de la Selección Colombia, que cayó el martes en la noche con Argentina y se aleja de la posibilidad de ir al Mundial de fútbol de Catar 2022, revivió el debate con respecto a cuál debe ser la sede del equipo ante las críticas recibidas por Barranquilla, ya que las condiciones climáticas no estarían favoreciendo a los mismos futbolistas colombianos que llegan de Europa.

De los partidos jugados en el estadio Metropolitano, sede del club local Junior de Barranquilla, la Selección Colombia ha perdido dos juegos y ha empatado tres, cediendo puntos importantes que lo ubican hoy en el puesto siete, aún con chances matemáticas de ir al Mundial.

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En el juego entre Colombia y Chile de septiembre pasado se movieron en Barranquilla más de $4.000 millones, en tanto que en el juego de local contra Argentina se aportaron $2.800 millones de inyección para la economía en ocupación hotelera y consumo en sectores como el comercio, los restaurantes, los bares y el transporte interno, según distintas fuentes.

En su momento, el presidente de la Cámara de Comercio de Barranquilla, Manuel Fernández Ariza, comentó que la experiencia de la ciudad como sede de la Selección en los últimos años “demuestra el efecto positivo que tienen los partidos de las Eliminatorias en todas las actividades de la economía formal e informal vinculadas a este tipo de espectáculos”.

Ya con la expectativa de que Colombia lograra acercarse a la clasificación, para el juego contra la Selección peruana de local se estimaba que el flujo económico en la ciudad alcanzaría los $9.000 millones en el día del juego.

Además, esto pudo representar un aumento del 50% en el tráfico en los centros comerciales y del 40% en los restaurantes, en tanto que la ocupación hotelera se habría ubicado por encima del 90% en los días del juego, de acuerdo a cifras citadas por medios locales.

No obstante, este efecto se reflejaría en los juegos como local y no tanto cuando la Selección sale de Barranquilla.

En el 2018, la Federación Nacional de Comerciantes en el Atlántico publicó una encuesta según la cual el 55 % de los encuestados manifestaron que sus ventas de bienes y/o servicios tuvieron los mismos niveles en el marco del Mundial de Brasil 2014.

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Incluso, de cara al Mundial del 2018 el 75% de los comerciantes encuestados en el Atlántico manifestaron que la pretemporada y temporada mundialista no les resulta beneficiosa.

Precisamente, el debate sobre cuál debe ser la “casa de la Selección” hoy se centra en que los beneficios económicos de los juegos no se reflejan de la misma manera cuando los partidos se siguen en la televisión, por lo que algunas ciudades han reclamado que sea rotativa.

Por ejemplo, el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, propuso a la Federación Colombiana de Fútbol que la ciudad se convierta en una de las sedes de la Selección Colombia, al señalar que “ya es hora” de que el equipo, “como elemento que identifica a la nación, reconozca y se oriente a distintas ciudades”.

“Creo que la gente de Cali lleva tanto tiempo esperando ver la Selección, que masivamente compraría la boleta y de forma muy organizada iría al estadio. Tenemos todas las condiciones para poder acompañar a nuestra Selección con mucho amor, responsabilidad, mística y queremos que eso sea valorado”, manifestó el alcalde de la ciudad.

Cifras divulgadas por la Cámara de Comercio de Barranquilla señalan que durante la Eliminatoria al Mundial de Rusia 2018 los juegos realizados en la ciudad tuvieron un impacto de US$2,9 millones en la economía local.

Y solo en el partido entre Colombia y Bolivia en Barranquilla “los ingresos derivados de su realización representaron más del 17% del PIB diario del Atlántico. Eso significó $15.521 millones”.

Mientras que en lo que respecta a la ocupación hotelera, esta osciló entre el 90 y 95%. Además, la Cámara de Comercio de Barranquilla estimó que “un 65% de los huéspedes se quedó uno o dos días más en la ciudad luego de los partidos” en la Eliminatoria del 2018.

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