Bloomberg — John Allan, de 74 años, insistió en que es “completamente inocente” de las acusaciones de que se comportó de forma inapropiada con mujeres, tras verse obligado a dimitir como presidente de dos empresas del FTSE 100.
En una entrevista concedida a Sky News el domingo, Allan afirmó que las acusaciones no tenían “absolutamente ningún fundamento”. “Mi conciencia está completamente tranquila”, añadió.
El ex presidente de Tesco había admitido anteriormente haber hecho un comentario sobre el vestido de una mujer en un acto de trabajo, por el que posteriormente pidió disculpas. Sin embargo, niega otras tres afirmaciones -incluida la de que tocó el trasero a mujeres en distintos actos de trabajo- publicadas en el diario The Guardian.
Dijo el domingo que había recibido apoyo de mujeres que habían trabajado con él durante décadas desde que se publicó la historia. Allan abandonó los consejos de administración de Tesco y Barratt Developments Plc a raíz de las acusaciones. Allan dijo que las empresas “se sienten bajo mucha presión” en estas circunstancias y que sus antiguos empleadores habían decidido “propulsarme bajo el autobús más cercano”.
Sostuvo que debería haber un mecanismo diferente para tratar las denuncias de mala conducta que también tenga en cuenta la posición de los acusados, y añadió que el daño a su reputación ya está hecho. Algunos hombres le han dicho que sienten que tienen que ser muy cautelosos cuando trabajan junto a mujeres, dijo también Allan.
Allan, de 74 años, fue presidente de la Confederación de la Industria Británica de 2018 a 2020 y dijo que desconocía la existencia de una cultura tóxica en el grupo empresarial, que lucha por sobrevivir tras las denuncias de agresiones sexuales entre su personal. Las acusaciones no están relacionadas con las realizadas contra Allan.
“Ciertamente no vi ninguna evidencia, durante el tiempo que fui presidente, de una cultura tóxica”, dijo Allan. “He hablado con varias mujeres del CBI que conozco y con las que sigo en contacto que, de hecho, me dicen que tampoco creen que hubiera una cultura tóxica”.
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