Bloomberg — Irán ha liberado a cinco estadounidenses en un acuerdo de intercambio de prisioneros, una medida destinada a reducir la tensión en Medio Oriente y a reabrir potencialmente las conversaciones para detener las actividades nucleares de Teherán.
El lunes, los detenidos partieron de Teherán en un avión catarí con destino a Doha, según informaron los medios estatales iraníes. Posteriormente, se prevé que sean transferidos a las autoridades estadounidenses. Al mismo tiempo, está previsto que cinco iraníes recluidos en prisiones estadounidenses recuperen la libertad.
Una de las personas que viajan a Catar es Siamak Namazi, encarcelado en la prisión Evin de Teherán desde 2015. Las cinco personas regresan a Estados Unidos.
Funcionarios estadounidenses también están trayendo a casa a dos de los familiares de los detenidos a los que se había impedido salir de Irán, según altos funcionarios de la administración.
Estas medidas se adoptan tras meses de diplomacia, en su mayor parte secreta, entre Teherán y Washington, en conversaciones mantenidas a través de interlocutores como Omán y Catar. En virtud de su acuerdo, Estados Unidos ha permitido a Irán acceder a US$6.000 millones de dinero del petróleo congelado en bancos surcoreanos debido a las sanciones.
Las exportaciones de petróleo de Irán se han disparado en medio del último impulso diplomático, y la mayoría de los envíos se dirigen a China. Algunos funcionarios estadounidenses han reconocido en privado que han relajado gradualmente la aplicación de las sanciones energéticas a Teherán.
Aunque los funcionarios estadounidenses afirman que no hay otras negociaciones en curso, Washington espera despejar el camino para una diplomacia más amplia destinada a imponer restricciones a las ambiciones nucleares de Irán.
Estados Unidos y sus aliados, incluido Israel, temen que Irán pretenda construir un arma nuclear, lo que podría desencadenar una carrera armamentística en la región. Teherán siempre ha dicho que su programa atómico tiene fines puramente pacíficos.
En los últimos meses, Irán ha ralentizado su producción de uranio casi apto para armas, la última de una serie de señales de que podría estar dispuesto a reanudar unas conversaciones más amplias. Aún así, sigue habiendo mucha tensión y el fin de semana el organismo de control nuclear de la ONU le acusó de denegar el acceso a algunos inspectores.
El Ministerio de Asuntos Exteriores iraní declaró el lunes que es “posible” que se produzcan conversaciones sobre las actividades atómicas de Irán a través de intermediarios al margen de la Asamblea General de la ONU que se celebra esta semana en Nueva York.
En agosto, Irán trasladó a los estadounidenses de prisión a arresto domiciliario. El gobierno de Biden argumentó que el acuerdo era la única forma de sacar a los ciudadanos estadounidenses y que los ingresos del petróleo sólo se utilizarían para bienes humanitarios y medicinas, aunque Irán ha dicho que puede gastarlos como quiera.
Críticas de los republicanos
EEUU reconoce que no será viable restaurar el acuerdo nuclear de 2015, que fijaba límites al enriquecimiento de uranio por parte de Teherán pero que fue abandonado por el presidente Donald Trump en 2018. Irán ha aumentado rápidamente su enriquecimiento en los cinco años transcurridos desde entonces.
Los críticos, principalmente republicanos, han dicho que Biden cedió demasiado y no debería haber llegado a un acuerdo con un gobierno acusado de financiar ataques contra estadounidenses y graves abusos contra los derechos humanos.
El canje se produjo casi exactamente un año después de la muerte de Mahsa Amini, que había sido detenida por incumplir supuestamente los códigos de vestimenta islámicos. Aquello desencadenó meses de protestas en todo el país.
El embajador suizo en Irán, que representa los intereses de Estados Unidos en el país, viajó con los estadounidenses liberados a Doha.
La siguiente etapa del acuerdo consistirá en la liberación de cinco ciudadanos iraníes que han sido condenados o están a la espera de juicio. Algunas de esas personas, que tienen autorización legal para permanecer en Estados Unidos, podrían optar por hacerlo tras su liberación, según funcionarios estadounidenses familiarizados con las negociaciones.
--Con la colaboración de Jonathan Tirone y Patrick Sykes.
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