Bloomberg Línea — Nicaragua ordenó la expulsión del país del embajador brasileño Breno Souza da Costa, confirmó este jueves el Ministerio de Relaciones Exteriores (MRE) de Brasil.
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En respuesta, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva decidió aplicar el principio de reciprocidad, al expulsar a la embajadora nicaragüense en Brasil, Fulvia Patricia Castro Matu.
La decisión brasileña fue tomada durante una reunión entre Lula y el ministro de Relaciones Exteriores, Mauro Vieira, el jueves por la mañana. Según la Cancillería, Breno da Costa abandonará Nicaragua el jueves, y Fulvia Matu será informada de su expulsión también este día.
Hasta el miércoles, la Cancillería brasileña no había recibido ninguna comunicación oficial del país y se enteró de la decisión a través de periódicos nicaragüenses, según informaron miembros del Ministerio de Relaciones Exteriores al diario O Globo.
Pese a la falta de confirmación oficial, la expulsión no fue una sorpresa para el gobierno brasileño, que fue advertido hace tres semanas de que esto sucedería.
¿Qué motivo a la ruptura de relaciones diplomáticas?
La expulsión habría sido motivada por la ausencia del embajador brasileño en el aniversario de la Revolución Sandinista, celebrado el 19 de julio.
La fecha marca el derrocamiento en 1979 de la dictadura de Anastasio Somoza por el movimiento de izquierda sandinista, encabezado por el presidente nicaragüense Daniel Ortega. Brasil no habría enviado ningún representante al evento.
La Cancillería brasileña explicó que el embajador no asistió al evento debido al congelamiento de las relaciones diplomáticas entre Brasil y Nicaragua.
Una relación que se vino abajo
En junio de 2023, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció en Roma que, tras reunirse con el papa Francisco, intentaría convencer a Ortega, para que liberará al obispo Rolando Álvarez, una de las voces más críticas de la represión del régimen de su país, a quien se le condenó a 26 años de prisión por “conspiración contra la soberanía nacional y propagación de noticias falsas”.
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Sin embargo, medios de Brasil reportaron que Lula había sido “desairado” por Ortega, quien no respondió a sus llamadas telefónicas, pese a una amistad de décadas.
El desdén llevó a que el mandatario del país sudamericano decidiera recomendar a su cuerpo diplomático a que no participara en actos públicos de Nicaragua.
En enero de este año, Álvarez y otros 17 clérigos fueron expulsados de Nicaragua y recibidos por el Vaticano. No obstante, la persecución contra la Iglesia católica persiste. En su cuenta de X, la abogada e investigadora Martha Patricia Molina denunció que las autoridades nicaragüenses desterraron a otros siete sacerdotes que habían sido capturados por el régimen Ortega-Murillo días atrás.
De acuerdo con el índice de Varieties of Democracy (V-Dem), que evalúa el estado de las democracias en todo el mundo, Nicaragua está clasificada como una autocracia.
-- Se actualizó titular y primeros tres párrafos a las 13:27 horas (ET) con reacción del gobierno brasileño --