Bloomberg — El artífice de la ambiciosa campaña de reformas del presidente Javier Milei afirma que no ha hecho más que empezar y que pronto se presentarán nuevos cambios políticos, a pesar del malestar social y las protestas de los trabajadores desencadenadas por el afán reformista del Gobierno.
Federico Sturzenegger, uno de los economistas más citados de Argentina y asesor clave de Milei para desregular la alicaída economía, dijo que el Gobierno enviará otro proyecto de ley al Congreso la próxima semana para eliminar 160 regulaciones “absurdas” que obstaculizan la actividad. Junto con un extenso decreto y otro proyecto de gran alcance que la administración de Milei presentó en sus primeras tres semanas en el poder, buscan transformar radicalmente la nación sudamericana, dijo.
“Las reformas tienen una dimensión más profunda que las propias reformas: es como una revisión de la estructura del poder económico en Argentina”, dijo Sturzenegger en una entrevista en el palacio presidencial de Buenos Aires, añadiendo que las medidas representan sólo el 40% de los cambios que Milei quiere lograr. “No recuerdo a nadie con tanta contundencia”.
El economista libertario Milei no ha perdido el tiempo desde que asumió el cargo el 10 de diciembre con el mandato popular de controlar una inflación superior al 160% y reactivar una economía estancada. El decreto de 300 medidas publicado la semana pasada, que pretende reducir en gran medida la intervención del Estado en la economía argentina, fue seguido el miércoles por un proyecto de ley ómnibus que se dirige al Congreso con otros 664 artículos.
La nueva legislación se ajusta a la estrategia de terapia de shock de Milei, que también incluye una devaluación de la moneda del 54% e importantes recortes del gasto para lograr un presupuesto equilibrado en 2024, con el objetivo de revertir la crisis económica del país.
El decreto, que entra en vigor el viernes, fue recibido con resistencia por la oposición, con algunos legisladores argumentando que va más allá de las competencias del Presidente. Sturzenegger, de 57 años, dice que esas críticas son una cortina de humo para no discutir el contenido de las reformas, al tiempo que añade que el decreto es una apuesta a “todo o nada” porque el Congreso puede votarlo en contra pero no puede modificarlo.
Milei cuenta con el hecho de que a ninguno de sus predecesores inmediatos le fue rechazado un decreto por el Congreso, pero esa lucha política tendrá lugar a principios del año próximo.
Protestas y huelga
Aunque los ambiciosos cambios del Gobierno ya han desencadenado algunas protestas dispersas en Buenos Aires y otras ciudades, la gran prueba de Milei llegará el 24 de enero, cuando el mayor grupo sindical de Argentina, la CGT, celebre una huelga nacional para protestar contra las medidas. La huelga general será la más temprana en el mandato de un presidente argentino en los últimos 40 años de democracia, una señal de la hostilidad que Milei puede esperar de la CGT, un grupo tradicionalmente vinculado a la oposición peronista.
Además, se presentaron varios pedidos ante la Justicia para frenar legalmente el decreto una vez que esté activo.
Sturzenegger se mantiene imperturbable, afirmando que espera que los legisladores aprueben el proyecto “de alguna forma” antes de marzo y que la legislación es crucial para alcanzar el equilibrio fiscal el próximo año. Confía en que, al final, las reformas “favorables al empleo” faciliten los negocios y estimulen la actividad en diversos sectores, desde los contratos de alquiler hasta los satélites.
“¿Alguien va a plantear ante la justicia que no puede haber Internet por satélite, que no puede haber competencia? Es algo ridículo”, dice Sturzenegger, refiriéndose a las restricciones recientemente levantadas para que Starlink, de Elon Musk, opere en Argentina.
Zar de la desregulación
Para Sturzenegger, doctor en Economía por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, este es el segundo intento de alto perfil para arreglar la perenne crisis de Argentina, después de que dirigiera el banco central de 2015 a 2018 bajo el gobierno del presidente Mauricio Macri.
Antes de unirse a las filas de Milei, el economista pasó los últimos 18 meses diseñando reformas de desregulación para Patricia Bullrich, quien perdió contra el presidente en una primera ronda en octubre, pero posteriormente se unió a su gobierno como ministra de Seguridad. Sturzenegger fusionó entonces sus planes de reforma con los del secretario de Energía, Eduardo Chirillo, que trabajó en la campaña de Milei.
A un nivel más profundo, Sturzenegger afirma que las reformas, rápidas y radicales, no se limitan a cambiar la letra pequeña, sino que pretenden desafiar al establishment político, haciéndose eco de las promesas electorales de Milei.
“La única manera de lograr el cambio es desarmar esa estructura y para desarmarla, en cierto sentido, hay que vaciarla de recursos, porque eso es lo que utilizan para mantener el statu quo”, dijo Sturzenegger.
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