Bloomberg — Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, trató de rebajar la tensión sobre el futuro de la política de precios de los combustibles en el país, después de que el Ministerio de Minas y Energía y la estatal Petrobras hicieran declaraciones contradictorias sobre el asunto.
“Es un problema que discutiremos a su debido tiempo”, dijo a los periodistas el jueves en el palacio presidencial. “Mientras la presidenta no llame al gobierno para discutir la política de precios, no cambiaremos lo que funciona hoy”.
El miércoles, el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, hizo caer las acciones de Petróleo Brasileiro SA tras afirmar que un cambio de política reduciría el coste del gasóleo. Petrobras respondió rápidamente que no tenía cambios inmediatos en proyecto, y que cualquier modificación tendría que pasar por revisiones internas.
Lula ha repetido desde la campaña electoral del año pasado que Brasil debe poner fin a la actual política de seguimiento de los precios de importación. A los inversores les preocupa que el gobierno haga recaer sobre Petrobras el coste de subvencionar los combustibles, como hizo anteriormente, cuando gobernaba el Partido de los Trabajadores de Lula.
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