La apuesta de Xi por Putin se ve aún más riesgosa tras la rebelión en Rusia

El sorprendente desafío a la autoridad de Putin suscitó al instante interrogantes sobre las implicaciones a largo plazo para la decisión de Xi de mantener una amistad “sin límites” con él

Xi podría visitar Rusia esta semana
Por Rebecca Choong Wilkins - Kari Lindberg - Lucille Liu
26 de junio, 2023 | 07:28 AM

Bloomberg — Desde la invasión rusa de Ucrania, la apuesta de China de una amistad “sin límites” con Moscú ha aumentado cada vez más sus chances de ver cómo el disparo sale por la culata. Y la breve rebelión contra Vladimir Putin de este fin de semana ilustró una vez más los riesgos que esto implica para el presidente chino Xi Jinping.

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China expresó su confianza sobre Rusia el domingo, destacando la fuerte relación de ambos presidentes y diciendo que era necesario “salvaguardar los intereses comunes de ambas partes” en medio de una “situación internacional severa y compleja”.

Consultado directamente por el acuerdo entre Putin y Yevgeny Prigozhin, el jefe del grupo mercenario Wagner, el ministerio de Relaciones Exteriores chino dijo que apoya la iniciativa rusa para mantener su “estabilidad nacional” y que el país estaba lidiando con un “asunto interno”.

Pero a pesar de la muestra de apoyo, el sorprendente desafío a la autoridad de Putin suscitó al instante interrogantes sobre las implicaciones a largo plazo para Xi, desde su lucha ideológica con Estados Unidos hasta su propio control del poder, cuestionado el año pasado durante unas protestas poco frecuentes en todo el país contra las restricciones por Covid.

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“Este caótico desenlace sólo puede considerarse una pérdida para Pekín”, afirmó Raffaello Pantucci, profesor de la Escuela de Estudios Internacionales S. Rajaratnam de Singapur. “Pone de relieve la fragilidad de su socio más importante en la escena mundial, destaca la debilidad de un hombre del que el presidente Xi había intentado mostrarse cercano y, si conduce al final de la guerra, entonces liberará algunos activos occidentales para volver a centrarse en China”.

Aunque Xi consolidó su poder el año pasado asegurándose un tercer mandato sin precedentes, y no se enfrenta a ninguna amenaza inmediata a su gobierno, su apoyo diplomático a Putin tras la guerra ha vinculado inextricablemente a los dos hombres. Ambos supervisan gobiernos autoritarios que poseen armas nucleares y se oponen a los valores democráticos propugnados por Estados Unidos y sus aliados.

Incluso la posibilidad de que Putin se vea forzado a abandonar el poder -un escenario que parecía plausible aún antes de que Prigozhin apartara repentinamente sus fuerzas de Moscú- corre el riesgo de afectar a la clase dirigente de Pekín. Durante el fin de semana, una cuenta de Weibo gestionada por el Ejército Popular de Liberación publicó un post sobre cómo Mao Zedong renovó el ejército en 1927 para garantizar que el Partido Comunista mantuviera el control absoluto, lo que subraya el riesgo de que Putin confíe en ejércitos privados como el que dirige Prigozhin.

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Aunque Xi ha tratado de consolidar su control sobre las fuerzas armadas chinas, no es seguro que tenga el mando total. Cuando el presidente estadounidense, Joe Biden, se refirió a Xi como dictador la semana pasada, afirmó que Xi estaba avergonzado porque no sabía que un supuesto globo espía sobrevolaba Estados Unidos en febrero, un incidente que provocó una espiral descendente en las relaciones entre las mayores economías del mundo.

“Lo ocurrido en Rusia refuerza el mensaje de que Xi Jinping tiene que seguir manteniendo un control muy, muy férreo y seguir desconfiando de los militares”, dijo Tai Ming Cheung, director del Instituto de Conflictos y Cooperación Global de la Universidad de California y autor del libro Fortifying China: The Struggle to Build a Modern Defense Economy.

“Aún es muy pronto, pero estoy seguro de que se verá en la prensa militar china, a medida que vayan llegando, la causa de renovar la lealtad de los militares tanto al Partido Comunista como, en particular, a Xi Jinping”, añadió.

Dado que las sanciones internacionales a Rusia hacen que la relación de Xi con Putin sea cada vez más asimétrica, China podría presionar aún más su ventaja económica. Pekín ya ha impulsado el uso del yuan en el comercio con Rusia, demostrando su utilidad como alternativa al dominio del dólar.

China también ha comprado más de US$95.000 millones en energía rusa desde la invasión, entregando una importante fuente de financiación a la maquinaria bélica de Putin. Pero depender demasiado de Rusia en materia energética también conlleva riesgos: Los analistas de RBC Capital Markets LLC, entre ellos Helima Croft, dijeron en una nota del domingo que la amenaza de disturbios civiles en Rusia debe tenerse en cuenta en el análisis del petróleo para la segunda mitad del año.

Aunque los costos económicos de la invasión de Putin ponen de manifiesto las dificultades de gestionar una guerra, no disuadirán necesariamente a Xi de sus propios objetivos militares en Taiwán, la isla autogobernada que China reclama como propia, según Ja Ian Chong, profesor asociado de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Singapur.

Al mismo tiempo, es un recordatorio de lo que puede ir mal una vez que comienza una guerra, dijo Wen-Ti Sung, profesor de la Universidad Nacional de Australia. Citó un adagio de Sun Tzu, autor de El arte de la guerra, según el cual los generales en el campo de batalla no siempre están sujetos a las órdenes del soberano.

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“Las guerras siempre conllevan el riesgo de comprometer el control civil sobre el ejército”, afirmó Sung. “Así que Pekín será cada vez más cauto a la hora de iniciar un conflicto con Taiwán”.

China ha empezado poco a poco a crear cierta distancia con Rusia a lo largo de los meses, advirtiendo contra el uso de armas nucleares y pidiendo la protección de los civiles tras la destrucción de una presa en Ucrania. Xi también envió un enviado a Ucrania en un intento de ayudar a poner fin al conflicto, aunque pocas naciones ven a China como un intermediario neutral.

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Por ahora, la estrategia de China parece consistir en respaldar públicamente la capacidad de Putin para gobernar, sin vincular demasiado estrechamente a Xi con el líder ruso hasta que se aclaren todas las ramificaciones del fin de semana. Aunque las declaraciones de China han mencionado a Putin por su nombre, Xi todavía no ha mantenido una llamada pública con el líder ruso, a diferencia del turco Recep Tayyip Erdogan y del presidente iraní Ebrahim Raisi.

“Hay pocas dudas de que Pekín estaría escrutando cuidadosamente la eficacia de la guerra de Rusia contra Ucrania y los escollos que ha encontrado hasta la fecha”, dijo Elena Collinson, responsable de proyectos e investigación del Instituto de Relaciones Australia-China de la Universidad Tecnológica de Sídney. “El valor estratégico de Rusia como socio de China disminuiría sustancialmente con una invasión fallida de Ucrania o la destitución de Putin”.

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--Con la colaboración de Yihui Xie, Swati Pandey y Philip Glamann.

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