Macron confirma que se postulará para un segundo mandato en Francia

Macron es claro favorito para ganar, ya que todos los sondeos lo sitúan a la cabeza tanto en la primera como en la segunda vuelta de las elecciones de abril

Emmanuel Macron.
Por Ania Nussbaum y Samy Adghirni
03 de marzo, 2022 | 06:33 PM

Bloomberg — A menos de seis semanas de las elecciones presidenciales francesas, Emmanuel Macron anunció finalmente lo que los votantes ya sabían: se presentará a la reelección.

“Les pido su confianza para un nuevo mandato como presidente de la República”, dijo Macron en una carta al pueblo francés publicada en varios periódicos locales el jueves por la noche. “Soy un candidato para inventar, con ustedes, frente a los desafíos del siglo, una respuesta francesa y europea única”.

Los presidentes franceses suelen retrasar el anuncio de sus candidaturas. Pero Macron, de 44 años, se demoró más que la mayoría al posicionarse en el centro de los esfuerzos para poner fin a la guerra en Ucrania. Escribir una carta fue una forma de beneficiarse de un “efecto de concentración alrededor de la bandera”, dijo el jefe de opinión de Ifop, Frederic Dabi, al periódico Le Figaro.

Animado también por la destacada recuperación económica de Francia, Macron es el claro favorito para ganar, ya que todos los sondeos lo sitúan a la cabeza tanto en la primera como en la segunda vuelta de las elecciones que comienzan el 10 de abril.

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Es menos seguro quién se le enfrentará. La candidata de Los Republicanos, Valerie Pecresse, parece ser la única que podría derrotar a Macron en un cara a cara, pero su campaña no ha despegado, por lo que es más probable que se enfrente a la líder nacionalista Marine Le Pen o al recién llegado político de extrema derecha Eric Zemmour. La izquierda implosionó la última vez cuando Macron se hizo un hueco en el centro político.

La carta abarcó temas que van desde la economía hasta el cambio climático. Macron prometió seguir invirtiendo en innovación, en el sector digital y en la energía nuclear. Y prometió que Francia se convertiría en la primera nación en reducir su dependencia del gas, el petróleo y el carbón.

Macron barrió el establishment político de Francia en 2017, con una visión de esperanza y renovación que contrastó con la ira populista y el legado tóxico de su rival Le Pen, para convertirse en el líder más joven del país desde Napoleón.

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El exbanquero pasó la mayor parte de los siguientes cinco años continuando con la defensa de los desafíos de los márgenes de la política francesa dominante, desde las violentas protestas del movimiento de los Chalecos Amarillos que exigen una mayor igualdad económica hasta un choque de guerra cultural con Zemmour.

Al hacerlo, viró hacia la derecha en materia de impuestos, seguridad y religión, concentrando casi todo el poder en la presidencia y perdiendo cierto atractivo entre los votantes de izquierda que le ayudaron a llegar al poder.

En referencia a sus rivales de extrema derecha, Macron dijo en su carta que el reto “es construir una Francia para nuestros hijos y no quedarse en la Francia de nuestra infancia.”

Los críticos acusan a Macron de no cumplir la promesa de romper con las viejas formas de hacer política. Suelen destacar el llamado “Caso Benalla” (en el que protegió durante mucho tiempo a un ayudante que golpeó a manifestantes en mayo de 2018) y las persistentes acusaciones de conflictos de interés en el seno del gobierno.

También alegan que las leyes clave que impulsó tras una oleada de ataques terroristas islamistas estigmatizaron a los musulmanes. Macron es visto a veces como distante y fuera de onda.

Pero su temprana apuesta por las reformas laborales y fiscales puede estar dando resultados, con un bajo desempleo y una confianza económica que eleva la moral de los franceses. También existe la percepción de que ha dirigido con éxito el país durante lo peor de la pandemia de Covid-19.

Macron ha dedicado más tiempo a los asuntos exteriores que cualquiera de sus predecesores, mientras intentaba convertir a la Unión Europea en una superpotencia unificada y se presentaba como el candidato mejor situado para gestionar las crisis internacionales.

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En la carta, Macron dice que no ha conseguido todo lo que se había propuesto, y afirma que “las transformaciones iniciadas durante este mandato han permitido a muchos de nuestros conciudadanos vivir mejor y a Francia ser más independiente. Y la crisis que hemos atravesado en los dos últimos años demuestra que hay que mantener ese camino”.

En una señal de que Macron cree que la carrera podría estar más ajustada de lo previsto, ha estado cortejando a los votantes rurales para añadirlos a su base tradicional de residentes urbanos acomodados. Intentó atenuar el impacto de la crisis del coste de la vida, incluso aflojando las cuerdas del estado y sacrificando el balance de la compañía eléctrica EDF para proteger a los consumidores de un aumento de los precios de la energía.

Y ha trabajado para suavizar su imagen, aumentando sus apariciones públicas y hablando más con la prensa, incluso admitiendo en una entrevista a finales del año pasado que ha cometido errores.

Si gana, Macron será el primer presidente en funciones que se impone desde Jacques Chirac hace 20 años.

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Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha.