Uruguay busca eliminar “barrera” para inversiones en hidrógeno verde: ¿qué cambiará?

El Poder Ejecutivo reconocerá por decreto la “potencia firme” de las fuentes de energía renovable

La energía eólica es un factor clave en la producción de hidrógeno verde.
23 de noviembre, 2022 | 04:00 AM

Montevideo — El gobierno uruguayo resolvió avanzar con un decreto para reconocer a las energías renovables como fuente de potencia firme a largo plazo, cuando hoy esa garantía de suministro para grandes consumidores solo estaba reconocida mediante fuentes térmicas, dijo este martes el ministro de Industria Omar Paganini durante una charla que mantuvo con un grupo de periodistas en su despacho.

Con el cambio, el Poder Ejecutivo asegura que busca eliminar una barrera de entrada en costos para inversiones en proyectos de hidrógeno verde. “Si la exigencia de garantía de suministro se hace solo con fuentes fósiles termina siendo una barrera de entrada”, afirmó Paganini.

El nuevo decreto establecerá un procedimiento para certificar un componente de firmeza aportado por las energías renovables, con porcentajes variables en caso de que sea eólica o solar. La fórmula consistirá en tomar el 1% de las horas más críticas del año a nivel energético y hacer un prorrateo de la participación de cada tipo de fuente, explicó el ministro. En función de eso se reconocerá la firmeza de cada una, un aspecto que será revaluado todos los años.

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¿Qué trababa las inversiones en hidrógeno verde?

La actual normativa no toma en cuenta a las energías renovables como fuente potencia firme y el gobierno asume eso como una traba para la llegada de inversiones, dijo Paganini. El ministro señaló además ante los periodistas que desde las casas matrices de grandes compañías -sobre todo europeas- rechazan proyectos que incluyan fuentes térmicas de energía. De este modo, señaló, las empresas no quedan atadas a la contratación de combustibles fósiles.

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El Poder Ejecutivo también espera generar mayor competencia en el mercado de empresas consideradas grandes consumidoras, que tienen posibilidad de acceder a contratos como consumidores libres y no como clientes regulados de la estatal UTE, lo modalidad más frecuente en el mercado uruguayo.

El cambio habilitará que el inversor que busque instalar un proyecto de hidrógeno verde pueda hacerlo sin necesidad de contratar firmeza en otro lado. Un proyecto nuevo, por ejemplo, que tenga un parque eólico o uno solar va a poder contar esos recursos como parte de su potencia firme. De todos modos, puede ocurrir que lo deba complementar con otras fuentes, aunque a menor costo que si debiera contratar la totalidad de la potencia firme a partir de fuentes térmicas. Los contratos de potencia firme podrán ser con UTE, con UTE y un privado, o con más de un privado.

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La ley de marco regulatorio del sistema eléctrico de Uruguay reglamentada en 2002 estableció la posibilidad de un mercado mayorista, que habilita la compraventa entre privados. Aunque, en los hechos, no se desarrolló el mercado, hoy dominado por la UTE mediante contratos regulados. Ese mercado de generación privada debe asegurar una garantía de suministro. Y, según la normativa actual, para que un gran consumidor pase a tener un contrato libre debe cubrir parte de su demanda de energía con generadores que aporten potencia firme.

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Hasta ahora UTE tenía contratos regulados con sus grandes clientes, aunque este año comenzó a negociar contratos libres, que habilitan menores precios. Este año, también, Coca-Cola y Central Lanera, hasta ahora dos grandes consumidores de UTE, acordaron comprarle energía a un parque fotovoltaico privado, con lo que ese mercado de contratos libres da sus primeros pasos.

Levantar la barrera

¿Por qué entonces con esto el gobierno asegura que busca favorecer la instalación de inversiones? Según afirmó el ministro, las tarifas de la estatal UTE son altas en comparación con otras de la región, por lo que el Poder Ejecutivo asegura que ese aspecto termina siendo una barrera en la instalación. Con la nueva normativa, esos inversores podrían autoabastecerse al menos de forma parcial o promover los contratos entre privados, que lleven a desarrollar el mercado y achicar costos sin quedar atados a las tarifas del ente.

El objetivo principal es eliminar una barrera de entrada para las nuevas inversiones, dijo Paganini. “No le queremos pedir a alguien, que va a poner una inversión, que además ponga máquinas diesel que no va a usar”, sostuvo. A su vez, las grandes empresas que celebren contratos denominados de energía libre les simplifica no tener que contratar sí o sí energía fósil para certificar la potencia firme.

El cambio generará una pérdida de clientes para la estatal UTE, asumió el ministro. Es que la compañía tendrá mayor competencia por sus grandes clientes. Desde la oposición del Frente Amplio cuestionan el cambio normativo por señalar que lesiona a la empresa pública. Además consideran que la celebración de contratos libres por parte de UTE baja el costo para los privados, en detrimento de los consumidores con tarifa residencial.

El hecho de que la fuente de firmeza fueran las energías térmicas favorecía a UTE, ya que tenía esa capacidad instalada. Otra posibilidad en el actual escenario era la contratación a un tercero que pudiera asegurarla o comprar una máquina propia que la diera, aunque no se usaría en los hechos.

El abastecimiento energético a través de renovables

En el promedio de los años transcurridos entre 2017 y 2020, el 97% de la electricidad que se generó en Uruguay provino de energías renovables. Según datos del Ministerio de Industria, el 44% fue hidroeléctrica, el 32% eólica, el 18% biomasa y el 3% solar. Por su parte, en la matriz de abastecimiento de energía, en el año 2019 el 63% provenía de fuentes renovables mientras que el 37% restante es de origen fósil (36% petróleo y 1% gas).