Bloomberg — La agenda económica del presidente Joe Biden corre el riesgo de retrasarse semanas o meses en el Congreso, con asuntos como los impuestos, la sanidad y otros aún sin resolver y continuas disputas entre las alas progresista y moderada del Partido Demócrata.
Comités de la Cámara de Representantes concluyeron el miércoles el trabajo sobre partes significativas del paquete, que incluye US$2,1 billones de dólares en aumentos de impuestos para ayudar a pagar la mayor expansión de los programas de bienestar social en décadas. Técnicamente, esto cumple con el plazo autoimpuesto por los demócratas, pero ello oculta los obstáculos que aún quedan por delante y que amenazan con reducir las ambiciosas propuestas de Biden y aplazar su votación en la Cámara y el Senado.
“Algunos tienen problemas con el cambio climático, otros con los impuestos y otros con la sanidad”, dijo el senador Chris Murphy, demócrata de Connecticut, quien añadió que cree que los demócratas acabarán acordando un paquete.
El senador demócrata Ben Cardin, de Maryland, dijo que el Senado probablemente tomará lo que apruebe la Cámara, lo cambiará y lo enviará de nuevo a la Cámara. Dijo que no ve que eso ocurra este mes.
“Va a llevar algo de tiempo”, dijo Cardin, y añadió que “a medida que se va sacando un área, va surgiendo otra”.
El amplio paquete de US$3,5 billones comprende gran parte de la agenda del primer año de Biden e incluye una mezcla de aumentos de impuestos a los ricos y a las corporaciones, así como un mayor gasto en áreas que incluyen el cuidado de los niños, la atención médica y el cambio climático.
Con la oposición unificada de los republicanos, los demócratas están impulsando su aprobación en el Senado mediante un proceso llamado reconciliación que les permite eludir el filibusterismo de los republicanos. Pero con la mayoría más justa posible en ambas cámaras, los demócratas tendrán que estar unidos.
Las diferencias entre los demócratas se manifestaron cuando los paneles de la Cámara de Representantes terminaron su trabajo. El Comité de Medios y Arbitrios aplazó la acción sobre el aumento del límite de las deducciones fiscales estatales y locales, o SALT, y una amplia propuesta para regular los precios de los medicamentos no consiguió la aprobación en el Comité de Energía y Comercio. Los líderes de los partidos tendrán que decidir si esas disposiciones pueden introducirse más adelante en el proceso y seguir reuniendo los votos necesarios para aprobar el proyecto de ley definitivo.
El mayor problema sigue siendo el tamaño del paquete de US$3,5 billones. Los senadores demócratas Joe Manchin, de Virginia Occidental, y Kyrsten Sinema, de Arizona, cuyos votos son fundamentales para la aprobación, se muestran reticentes en cuanto al costo. Manchin también ha pedido una “pausa estratégica” en la acción en medio del aumento de la deuda y la inflación. Pero los demócratas progresistas de la Cámara de Representantes, cuyos votos también son necesarios para su aprobación, consideran que los U$3,5 billones son el mínimo necesario para sus prioridades.
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Biden intervino el miércoles, reuniéndose por separado con Sinema y Manchin en la Casa Blanca. Ni los senadores ni la Casa Blanca dieron muchos detalles sobre las conversaciones. La oficina de Sinema emitió un comunicado en el que calificó la discusión de “productiva”. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que habría “discusiones continuas”.
Dilema en la Cámara de Representantes
Un retraso crea un dilema para la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que ha prometido a los moderados una votación de un plan de infraestructura separado de US$550.000 millones de dólares para el 27 de septiembre. La representante de Nueva York Alexandria Ocasio-Cortez y otros progresistas han advertido que no apoyarán ese proyecto de ley a menos que el paquete económico de programas sociales haya sido acordado primero por la Cámara y el Senado.
Algunos de los principales demócratas insisten el apoyo aún podría reunirse rápidamente. El presidente del Comité de Presupuesto del Senado, Bernie Sanders, dijo que un paquete de reconciliación todavía podría estar listo para moverse a finales de mes, un objetivo fijado por el líder de la mayoría, Chuck Schumer.
“Es difícil operar a menos que se tenga un marco de tiempo”, dijo Sanders. “Schumer ha establecido un marco temporal y la gente está trabajando muy duro para asegurarse de que cumplimos ese objetivo”.
Aun así, existen importantes cismas sobre cuestiones fundamentales, incluida la política fiscal.
El presidente del Comité de Finanzas del Senado, Ron Wyden, ha indicado que no está satisfecho con la magnitud de impuestos sobre los ricos en un proyecto de la Cámara, que deja las grandes herencias en gran medida sin tocar. También ha dicho que quiere que los créditos fiscales sobre la energía estén vinculados a los niveles reales de reducción de las emisiones de carbono y ha propuesto una serie de formas de recaudar más ingresos, como gravámenes sobre la recompra de acciones y las sociedades.
El acuerdo sobre el SALT, difícil de alcanzar
En cuanto a la deducción del impuesto sobre la renta estatal y local, los demócratas de la Cámara de Representantes aún no se han puesto de acuerdo entre ellos en un asunto clave para los legisladores de estados con elevados impuestos sobre la propiedad, como Nueva York, Nueva Jersey y California. Los demócratas de la Cámara de Representantes están sopesando elevar el tope de US$10.000 o suspenderlo durante dos años, aunque es posible que no obtenga el apoyo de los progresistas que desconfían de ayudar a los propietarios de viviendas acomodadas.
“Obviamente, antes de llegar a la aprobación final de cualquier cosa vamos a tener que abordar esa cuestión”, dijo el presidente del Comité de Medios y Arbitrios, Richard Neal, añadiendo que es “difícil decir” cuánto tiempo podría llevar resolverlo “porque implica muchos sentimientos fuertes”.
También se ha dejado para más adelante la disputa sobre la regulación de los precios de los medicamentos. Tres demócratas del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes dejaron en peligro la parte sanitaria del paquete económico al votar en contra de una propuesta que faculta al gobierno a exigir precios más bajos para los medicamentos, al tiempo que limita las futuras subidas de precios de los mismos en función de la inflación. El ahorro para el gobierno derivado del plan está programado para ayudar a pagar una gran parte del paquete económico. Sin ellos, la medida se quedaría sin US$600.000 millones.
La propuesta de fijación de precios de los medicamentos cuenta con el apoyo de los progresistas del partido. Pero los tres moderados -Kurt Schrader, de Oregón, Scott Peters, de California, y Kathleen Rice, de Nueva York- quieren, en cambio, que su partido considere una propuesta de precios de los medicamentos más limitada, elaborada por ellos mismos.
“Tenemos que reducir los costes de bolsillo de los pacientes y preservar el sistema estadounidense de inversión privada en innovación”, dijo Peters.
Andrew Bates, portavoz de la Casa Blanca, dijo en un comunicado el miércoles por la noche que “el presidente está de acuerdo con Pelosi en que para construir una economía que beneficie a la clase media y a las familias trabajadoras -no sólo a las de arriba- es fundamental que demos a Medicare el poder de negociar directamente para conseguir precios más bajos de los medicamentos.”
“Ciertas limitaciones”
Pelosi está preparando a los demócratas de la Cámara de Representantes para la posibilidad de que partes de su proyecto de ley no sobrevivan en el Senado. Eso incluye iniciativas relacionadas con el clima y una propuesta que aborda el estatus legal de algunos inmigrantes indocumentados, que incluyen a los trabajadores agrícolas migrantes, a los “Dreamers” traídos a Estados Unidos cuando eran niños, a los trabajadores “esenciales” y a aquellos con estatus de protección temporal. El parlamentario del Senado aún tiene que determinar si cumple con los estrictos requisitos de la cámara para utilizar el proceso de reconciliación.
En una carta enviada el lunes a todos los demócratas de la Cámara de Representantes, Pelosi recordó a los legisladores que “hay ciertas limitaciones en términos de las reglas del Senado.”
En actos de prensa separados la semana pasada, Pelosi y Schumer no descartaron que el paquete final esté por debajo de los US$3,5 billones.
“En la reconciliación vamos a unirnos todos para conseguir algo grande y será nuestra intención tener cada parte del plan de Biden de una manera grande y robusta”, dijo Schumer a los periodistas. “Vamos a trabajar muy duro para tener unidad, porque sin unidad no vamos a conseguir nada”.
-- Con la ayuda de Alexander Ruoff, Kaustuv Basu y Jennifer Epstein.