Bloomberg — El euro cayó después de que las proyecciones iniciales de las elecciones legislativas francesas apuntaran a una sorprendente victoria de la alianza de izquierdas, un resultado que los operadores habían dado en gran medida por perdido y que tiene el potencial de reavivar la agitación en los mercados.
La divisa común cedió un 0,3%, situándose en torno a 1,0807 dólares, al inicio de las operaciones en Sydney. Las proyecciones iniciales muestran que el Nuevo Frente Popular, que incluye a los socialistas y a la extrema izquierda de Francia Unida, está preparado para obtener entre 170 y 215 escaños en la Asamblea Nacional. La ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen -de la que se esperaba ampliamente que obtuviera el mayor número de escaños- se ve en tercer lugar, tras la alianza centrista del presidente Emmanuel Macron.
Aunque los gestores monetarios han pasado la última semana preocupados por un gobierno dominado por Le Pen, la victoria de la izquierda ha sido el resultado más temido por los mercados desde la sorprendente decisión del presidente Emmanuel Macron de convocar elecciones. La alianza de izquierdas ha afirmado repetidamente su compromiso con un importante aumento del gasto público, exacerbando los temores sobre el ya abultado balance de Francia y poniendo a la nación en rumbo de colisión con la Unión Europea, que ya está tomando medidas para frenar el déficit.
“La política francesa confunde una vez más”, dijo Geoffrey Yu, estratega senior del Bank of New York Mellon. “Basándonos en los resultados, los riesgos de una política fiscal expansiva permanecen, y quizás en los márgenes han repuntado”.

Aunque es poco probable que la alianza de izquierdas consiga la mayoría absoluta -lo que podría limitar sus posibilidades-, el resultado inyectará una nueva dosis de incertidumbre en los activos franceses en los próximos días.
Los mercados franceses cayeron en picado en junio, haciendo desaparecer miles de millones de euros de acciones y bonos. Pero durante la semana pasada, los operadores recortaron parte de esas pérdidas a medida que los sondeos de opinión indicaban que la Agrupación Nacional no alcanzaría una mayoría absoluta. El índice CAC 40 de Francia borró la semana pasada cerca de la mitad de las pérdidas que sufrió tras el anuncio de Macron.
El panorama pintado por las proyecciones iniciales el domingo por la noche es muy diferente: El partido centrista de Macron -favorecido por los inversores- va camino del segundo puesto, a pesar de una pobre actuación en la primera vuelta de la votación. El resultado podría dejar al presidente en posición de formar una coalición centrista.
Aun así, las inevitables disputas políticas, y la ansiedad por la influencia de la izquierda, podrían disparar el rendimiento de la deuda nacional a 10 años -conocida como OAT-, ampliando de nuevo el diferencial sobre los bunds alemanes, más seguros. Ese diferencial se había suavizado hasta cerrar en 66 puntos básicos el viernes, después de dispararse a más de 80 puntos básicos el mes pasado - niveles vistos por última vez durante la crisis de deuda soberana de la zona euro.
El “impactante resultado” podría devolver fácilmente el diferencial por encima de los 80 puntos básicos, según James Rossiter, jefe de estrategia macroeconómica mundial de TD Securities. “Los mercados de tipos entraron en las elecciones con el diferencial OAT vs bund poniendo en precio un escenario para un parlamento indeciso - pero un parlamento indeciso liderado por RN no por NFP”, escribió en una nota.
Los futuros de los bonos franceses comienzan a cotizar de nuevo a las 2:10 a.m. en París, seguidos por los bonos al contado a las 8 a.m. y las acciones a las 9 a.m.
Francia ya está lidiando con un déficit presupuestario que, con un 5,5%, supera con creces el 3% de la producción económica permitido por las normas de la Unión Europea. El Fondo Monetario Internacional predice que - sin nuevas medidas - la deuda se elevaría al 112% de la producción económica en 2024, y aumentaría alrededor de 1,5 puntos porcentuales al año a medio plazo.
Vincent Juvyns, estratega de mercados globales de J.P. Morgan Asset Management, dijo que las tensiones eran probables con las reformas encabezadas por Macron ahora en duda, perjudicando potencialmente el valor de los bonos franceses frente a sus pares.
“Los mercados pueden exigir un diferencial más alto mientras el nuevo gobierno no haya aclarado su posición fiscal”, dijo. “La Comisión Europea y las agencias de calificación esperan entre 20.000 y 30.000 millones de recortes, pero en realidad el gobierno tendrá que vérselas con un partido que quiere aumentar el gasto en 120.000 millones”.
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