Bloomberg — El presidente serbio, Aleksandar Vucic, prometió este viernes implementar restricciones significativamente más estrictas a las armas y anunció una recompra de armas después de que dos tiroteos masivos esta semana conmocionaran a la nación balcánica.
Anunciando un “desarme” de Serbia, Vucic habló al tiempo que el recuento de los crímenes consecutivos (una matanza escolar en Belgrado el miércoles y un tiroteo en las afueras de la capital a última hora del jueves) ascendía al menos a 17 muertos y 21 heridos.
“Debemos introducir cambios sistémicos para garantizar la seguridad de todos los niños, de todos”, declaró a los periodistas tras reunir a su gobierno el viernes. “Sé que esto no será popular: habrá resistencia de los grupos de cabildeo”.
De los 400.000 propietarios de armas que se calcula que hay en el país, de 6,8 millones de habitantes, el número de titulares de licencias se reducirá a entre 30.000 y 40.000, dijo Vucic.
Las restricciones sobre las armas incluirán una reducción del número de armas de fuego con licencia, así como una compra obligatoria a particulares en un esfuerzo por reducir el número de hogares con armas, dijo Vucic. La nueva legislación también tratará de establecer una presencia policial permanente en todas las escuelas, un esfuerzo que implicará la contratación de unos 1.200 agentes en un año, dijo.
El tiroteo escolar del miércoles, en el que participó un adolescente que abrió fuego contra sus compañeros de clase en el centro de la capital, matando a nueve personas, fue ya la mayor masacre en una década.
A continuación, a última hora del jueves, un pistolero se ensañó en una zona situada a unos 50 kilómetros al sur de Belgrado, matando al menos a ocho personas. El presunto agresor fue detenido por las autoridades el viernes.
Las penas por posesión de armas prohibidas o sin licencia incluirán penas de cárcel de hasta 15 años, frente a los 12 anteriores, especialmente para los fusiles automáticos que han sido ilegales para particulares en Serbia. También se introducirán revisiones anuales y semestrales de las licencias, incluso para los rifles de caza, dijo Vucic.
“Las consecuencias serán terribles” para quienes no entreguen las armas ilegales, dijo Vucic. Tras el primer tiroteo, había pedido una moratoria de dos años en la expedición de licencias de armas, así como una revisión de todas las existentes.
Este tipo de violencia es poco frecuente en Serbia, que estuvo en el centro de los conflictos de la década de 1990 que acompañaron a la desintegración de Yugoslavia. El tiroteo masivo más mortífero desde entonces tuvo lugar en 2013, cuando un veterano del ejército de 60 años mató a 13 personas, entre ellas a su propio hijo.
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