Lucas Romero: “La ambigüedad del Acta de Mayo hace que sea muy difícil pensar en efectos”

Capítulo 635 de La Estrategia del Día Argentina: el director de Synopsis, analizó la firma del Acta de Mayo, la nueva etapa del Gobierno y las crisis de liderazgo que se observan entre los bloques opositores

La Estrategia del Día Argentina
09 de julio, 2024 | 10:37 AM

Buenos Aires — En el capítulo 635 de este martes 09 de julio, @tomicarrio te invita a escuchar una entrevista con Lucas Romero, director de Synopsis, quien analizó la firma del Acta de Mayo, la nueva etapa del Gobierno que se inicia con la llegada de Federico Sturzenegger al Gabinete y las crisis de liderazgo que se observan entre los bloques opositores.

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La siguiente entrevista ha sido editada con motivos de claridad y extensión.

¿Qué lectura haces del Acta de Mayo que firmaron Milei y Gobernadores en las últimas horas? ¿Qué crees que buscó el oficialismo con esta convocatoria?

Hay una cuestión de forma y una cuestión de fondo. En la cuestión de forma está la puesta en escena del presidente firmando el acta con gobernadores. ¿Por qué esta aclaración de las dos dimensiones? Porque el rasgo más sobresaliente de la naturaleza de este proceso político es la restricción decisional que opera sobre el Poder Ejecutivo. Este es un gobierno en minoría. El presidente puede tomar decisiones dentro del ámbito de la facultad del Poder Ejecutivo, pero tiene que tomar también decisiones para enfrentar su principal desafío, que es el de ordenar la economía, en conjunto con otros actores. Tiene que sancionar leyes. Y desde el comienzo de este ciclo estaban presentes los interrogantes que planteaba un gobierno en minoría. Con lo cual creo que hubo un intento deliberado y evidente del Gobierno de mostrar que detrás de estas ideas plasmadas en el acta, que son ideas compatibles con el rumbo, hay un consenso político, un apoyo mayoritario. Creo que allí radicaba el principal objetivo que tenía el gobierno con este acta.

Si uno observa los 10 puntos del Pacto de Mayo, parecieran ser en su mayoría declaraciones de buenas intenciones, pero sin plazos para ninguna de esas metas. ¿Crees que tendrá algún efecto?

Coincido y ratifico la observación. De hecho, uno podría decir que es un ramillete de buenas intenciones, muy general. No tenemos detalles de qué tipo de reforma impositiva, qué tipo de reforma previsional, qué tipo de reforma laboral… Todas las aspiraciones que están plasmadas allí son muy genéricas, y en algún punto la generalidad del detalle de los puntos está asociada a la potencialidad de la convocatoria. Un Presidente en minoría va a poder convocar a muchos si el acta era genérica o el acta era muy ambigua, porque si era muy específica ya requería un tipo de discusión distinta con los firmantes. Entonces, en algún punto creo que el Gobierno buscó que sea muy amplio para que puedan ser convocados de diversos sectores. Esa ambigüedad hace que sea muy difícil pensar que la sola firma de esta acta pueda producir efectos legales, jurídicos o políticos de manera directa. Claramente es un compromiso, en todo caso después habrá que ver cuál es el nivel de cumplimiento de ese compromiso del resto de los actores, pero eso se verá en la discusión de los instrumentos. Es cierto que el Presidente, a la misma vez que convocó a la firma de esta acta, llegó a conocer que se va a constituir un Consejo de Mayo, lo llamó así el Poder Ejecutivo. Ahora, el problema que tiene ese Consejo de Mayo, por lo menos en los términos que el Presidente lo planteó, que va a tener un representante de la Cámara de Diputados, un representante de la Cámara de Senadores, un representante del Poder Judicial, un representante de los sindicatos, un representante de los empresarios, es muy difícil, operacionalmente hablando, conformar un Consejo con esa característica de representatividad.

¿Por qué?

Porque ¿cómo haces para elegir un representante de la Cámara de Diputados? ¿Quién es? ¿Del oficialismo de la oposición? ¿Cómo haces para elegir un representante de la Cámara de Senadores? ¿Cómo haces para elegir un representante del sector empresario? ¿De qué sector? Entonces, me da la impresión de que está todo hecho con bastante improvisación como para que uno pueda visualizar que esto se traduzca efectivamente en la constitución de un consejo que va a definir los lineamientos específicos de cada una de las propuestas y eso se va a traducir en leyes que vayan a ir al Congreso. Me imagino que van a ser más leyes que envíe el Poder Ejecutivo sin intervención del Consejo de Mayo y después habrá que ver qué consensos tiene el Congreso para poder avanzar.

¿Crees que el Acta de Mayo puede representar una oportunidad para el Gobierno de Milei de relanzar esa capacidad de marcar la agenda que mostró durante los primeros meses de su gestión?

Puede ser que circunstancialmente, porque el hecho terminó localizado temporalmente en este momento, pueda ser una instancia de relanzamiento. No creo que haya sido pensado así. De hecho, esta era una convocatoria realizada por Javier Milei el 1 de marzo en la inauguración de sesiones ordinarias, que tenía como destino final el 25 de mayo y no pudo ser porque se demoraron la discusión de la Ley de Bases y el paquete fiscal, que terminó siendo ubicado curiosamente el 8 de julio, porque el 9 de julio, y en el horario prime time, que era que el Presidente lo quería, juega la selección, entonces lo llevaron un día anterior, pero entonces como era el 8 de julio, tenía que ser a las 11 y media de la noche para que se pueda firmar el acta a las 12. Da la sensación que hubo mucha improvisación en cómo termina derivando el acto. Ahora, eso no quita que el Gobierno pueda pensar en la firma del acta como una instancia de relanzamiento, en un contexto donde, los analistas, los observadores, nos vimos tentados de ver que en el momento de sanción de la Ley Bases se iniciaba un nuevo ciclo, una nueva etapa en este ciclo.

¿Por qué?

Creo que confluyeron dos cosas: la necesidad del Gobierno de sacar una ley y la necesidad de la oposición dialoguista de darles esa ley. Pero también cierto agotamiento del conjunto inicial de herramientas de política económica que este Gobierno había implementado para atravesar la primera etapa de corrección de desequilibrio. Es decir, lo que creo que estamos viendo en el mercado son algunas dudas e inquietudes respecto de la sostenibilidad de este conjunto de decisiones que adoptó el Gobierno en materia de política económica ya en diciembre del año pasado. Entonces, confluyeron los dos procesos, el proceso político de la sanción de la primera ley, una suerte de agotamiento de este conjunto de herramientas iniciales que da la sensación o constituye la sensación de que el gobierno tiene que avanzar hacia una nueva etapa, no solo en materia política y de agenda, sino también de algún ajuste y corrección en las herramientas de política económica. Veremos cómo el Gobierno sale de esta coyuntura, pero en todo caso esta instancia le puede servir como una oportunidad de relanzamiento.

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Previo a la firma del Acta de Mayo, el Gobierno oficializó la llegada de Federico Sturzenegger al Gabinete. ¿Puede interpretarse eso como una señal a la oposición y al Congreso de que el oficialismo acelerará con sus reformas a pesar de lo que le costó aprobar la Ley Bases y el Paquete fiscal?

Es curioso porque la Ley Bases comenzó siendo lo que Sturzenegger quería que sea y terminó siendo lo que Francos pudo que sea. Es decir, hubo ahí una evidencia material de la restricción decisional que opera sobre este Ejecutivo, que no puede hacer lo que quiere sino lo que puede o lo que le dejan hacer. Y en algún punto esto se traslada ahora a los interrogantes que plantean las pretensiones que pueda tener Sturzenegger desde este ministerio. Probablemente Sturzenegger pueda avanzar, y seguramente lo va a hacer porque tiene el apoyo del Presidente en los ámbitos de desregulación que estén bajo las facultades del Poder Ejecutivo. Pero en todos aquellos ámbitos en donde la desregulación o las modificaciones que Sturzenegger pretende implementar requieran la sanción de una ley, van a chocar contra esta restricción que requiere que en todo caso sea Francos, con su capacidad y habilidad política, ver qué consenso puede construir detrás de esas pretensiones para que se transformen en leyes.

Me parece que un poco las dificultades van a estar centradas en eso, independientemente de toda esta tensión que genera el desembarco de una figura de mucho peso en el pensamiento económico del presidente y que pudiera no estar 100% de acuerdo con quien conduce la política económica de este gobierno, que es Luis Caputo. Independientemente de esa tensión, de cómo van a convivir estos dos protagonistas centrales en el pensamiento económico que pudiera tener Milei de su gobierno, Sturzenegger va a depender mucho de lo que Francos le ofrezca como capacidad de realización a sus ambiciones de regulación.

¿Y del otro lado? Los distintos sectores de la oposición no logran todavía dirimir sus diferencias. La semana pasada vimos al PRO sacándolas a relucir mientras que el peronismo no tiene todavía un líder detrás del cual unirse.

Es la contraparte de esta restricción decisional que mencionábamos. Porque esto es un Gobierno en minoría pero que tiene como contrapartida, y te diría como agravante, que en todo ese espacio opositor que complementa a la minoría hay mucha fragmentación. De hecho, no tenemos una oposición, tenemos al menos dos oposiciones en términos de cuál es la actitud frente a este Poder Ejecutivo: una obstruccionista que quiere obstruir la acción de gobierno, y una más dialoguista o con predisposición de sentarse a dialogar y negociar para contribuir o colaborar con la acción de gobierno. Dentro de esta oposición dialoguista, a su vez, tenemos también mucha fragmentación, que son los que convivían, por lo menos hasta el 10 de diciembre, formalmente en lo que era Juntos por el Cambio. Hoy eso está bastante más discutido respecto de hasta qué punto Juntos por el Cambio sigue existiendo, pero todos esos actores están tratando de buscar su lugar dentro de este proceso. Y lo que vimos en el PRO, que era el sector que se había mostrado más cercano al gobierno, que había acompañado casi sin objeciones las iniciativas del oficialismo… Bueno, empezamos a ver una rediscusión de su lugar en este proceso, entiendo yo como consecuencia de que el oficialismo nunca le propuso al PRO avanzar hacia una instancia de confluencia política en un mismo espacio.

Un acuerdo entre Milei y Macri.

La ausencia de ese acuerdo político hace que Macri quiera tener los márgenes de acción para conservar o cuidar su identidad particular y su lugar dentro de esta escena.

¿Y por qué no se llegó a ese acuerdo político?

Porque para que haya un acuerdo político tiene que haber una conveniencia de beneficios, un intercambio de conveniencias. Es decir, le tiene que servir a los dos. Y hasta aquí, Milei se había aprovechado del apoyo del PRO, pero no le había dado nada al PRO, o por lo menos no le había dado lo que el PRO reclama. Y ahí es donde se produce el cortocircuito que se trasluce en este Macri presentando posiciones diferenciadas, incluso cuestionamientos al gobierno, como lo hizo en materia de coparticipación hacia la Ciudad de Buenos Aires. El gobierno no le ofreció nada al PRO, el PRO decidió conservar su identidad partidaria y hoy es un actor que va también a intentar querer expresar sus diferencias con este gobierno para que quede claro que el PRO no cogobierna con La Libertad Avanza, o por lo menos no lo va a hacer hasta que no haya un acuerdo político que justifique o que exprese ese cogobierno.

Algunos analistas trazaron una suerte de paralelismo respecto de que el PRO estaría siendo a La Libertad Avanza lo que en su momento la UCR fue al PRO.

Sí, pero la UCR formaba parte de lo que entonces era Cambiemos. De hecho participaron de una misma interna en la elección presidencial que terminó eligiendo a Mauricio Macri, con lo cual eran miembros de un mismo espacio político, siempre con la aclaración que Macri hacía que el gobierno fuera del PRO, pero que tenía una coalición parlamentaria que estaba plasmada en un acuerdo político. Eso no ocurre ahora. Es cierto que está esa tentación porque se lo vio el PRO muy oficialista en la definición de sus posiciones en el Congreso, pero no hay un acuerdo político que le dé sustento a esa relación. Entonces, creo que lo que vimos de parte de Macri fue un expresidente que lidera esa coalición y que intentó mostrar durante los primeros seis meses apoyo casi incondicional a este oficialismo que enfrentaba un desafío complejo, pero ahora le está conviniendo mostrar diferenciación y esa conveniencia surge porque no hay un acuerdo político contenedor de esa relación. Por lo menos así no lo quiso Milei. Macri está actuando en consecuencia y creo que veremos un PRO que va a querer, a partir de ahora, mostrar sus diferencias respecto del oficialismo, porque en última instancia es también una forma de conservar no solo su identidad partidaria, sino su autonomía política estratégica. Es decir, va a querer construir su lugar en la escena y eventualmente su posibilidad de futuro.