Uso de efectivo en Argentina pasa de pico a mínimos, pero sin gran alivio para bancos

En diciembre, la cantidad de billetes en circulación retrocedió al nivel más bajo en cuatro años y medio.

Cliente paga con billetes de pesos argentinos en un café de Buenos Aires el 14 de abril. Fuente: Bloomberg
24 de diciembre, 2025 | 05:40 AM

Buenos Aires — De imprimir billetes a contrarreloj en tres continentes, Argentina pasó en menos de dos años a ver las necesidades de efectivo reducidas a mínimos recientes. En diciembre, la cantidad de billetes en circulación retrocedió al nivel más bajo en cuatro años y medio, de la mano de la menor cantidad de retiros en cajeros automáticos desde que hay registros. Pero para los bancos, estas menores necesidades de efectivo no se tradujeron todavía en un alivio significativo para sus todavía abarrotadas bóvedas.

Datos del Banco Central argentino (BCRA) muestran que la cantidad de billetes en circulación cayeron a mediados de este mes a 6.752,5 millones de unidades. Son niveles que no se observaban desde mediados de 2021 y un 43% menos respecto del récord de 11.859,2 millones que alcanzaron en julio de 2024.

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Dos factores explican esa caída: en primer lugar -y mayor medida-, la irrupción y avance de los pagos digitales que continúan desplazando al efectivo como medio de pago preferido, en especial entre las nuevas generaciones; y en segundo, la decisión de emitir billetes ARS$10.000 y US$20.000 para reemplazar a los de denominaciones bajas, luego de que la gestión anterior se rehusara a hacerlo a pesar del avance de la inflación.

Las menores necesidades de efectivo en el país pueden observarse mes a mes en los informes de pagos minoristas que publica el BCRA. Allí, la autoridad monetaria muestra que mientras las extracciones en cajeros automáticos continúan en caída libre, las transferencias inmediatas ‘push -aquellas en las que el comprador ‘empuja’ los fondos desde su cuenta hacia la cuenta del destinatario- y los pagos con transferencia interoperables no detienen su ascenso.

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En septiembre, el Central registró 48,4 millones de extracciones de cajeros automáticos en todo el país. Menos de la mitad de los picos superiores a 118 millones de extracciones que se registraron en los diciembres de 2019 y 2021.

En la calle se observa ese menor uso de efectivo. Víctor lleva 20 años al frente de un Kiosco ubicado a metros de la intersección de la calle Riobamba y la Avenida Santa Fé, en pleno barrio porteño de Recoleta. Dice que las nuevas generaciones (‘los menores de 35 años’, según sus palabras) rara vez pagan consumos con dinero en efectivo.

Fuente: Bloomberg

Los taxis también acusan recibo de este cambio. Es habitual que en la Ciudad de Buenos Aires la mayoría de los taxistas acepten pagos con transferencias de billeteras virtuales o QR.

El último Informe de Inclusión Financiera del Banco Central, publicado a fines de octubre pero correspondiente al primer semestre de este año, había reflejado que el circulante se mantiene en torno a 6,2% del PBI, el nivel más bajo de los últimos años. “Los indicadores de uso de efectivo se mantuvieron en mínimos de los últimos años”, indicó la entidad.

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La cantidad de extracciones por adulto, informó por entonces TN, se desplomó de 2,7 retiros mensuales en diciembre de 2023 y 2,8 en diciembre de 2024, a apenas 1,9 en junio de 2025, lo que implica que en promedio las personas ya iban a mediados de este año menos de dos veces por mes al cajero.

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Las menores necesidades de dinero en efectivo también pueden observarse en la aparente decisión del Gobierno argentino de avanzarcon la privatización de Casa de la Moneda (CMA) una vez que se venza la semana entrante la última prórroga de la intervención definida el 28 de agosto pasado por 120 días, según informó Clarin.

El Gobierno argentino, agregó el citado medio, debe más de US$300 millones por tintas, billetes y otros insumos importados. El club de acreedores, detalló, está compuesto por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre de España, su par de Brasil, la fabricante mundial de impresoras de billetes suizo alemana KBA, la productora de tintas alemana GSI, la estadounidense Crane, la francesa Oberthur, la imprenta estatal china China Banknote Printing and Minting Corporation, y la argentina Permaquim.

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Cuando el Gobierno argentino informó que Casa de la Moneda frenaría la producción de billetes argumentó que imprimirlos en el exterior resultaba más económico. Sin embargo, el Banco Central no ha llamado durante todo este año a licitaciones para importarlos, señal de que ve las necesidades cubiertas para al menos el primer semestre de 2026.

Según pudo saber Bloomberg Línea de una persona con conocimiento directo del asunto, que pidió reserva por no estar autorizada a discutir públicamente estos asuntos, las autoridades del BCRA tampoco tienen, de momento, intenciones de imprimir billetes de mayor denominación.

Tal fue el volumen de dinero en efectivo que se movió en la Argentina en los últimos años, que los bancos llegaron a reclamarle públicamente al Gobierno anterior que tomara cartas en el asunto. En mayo de 2022, la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba) publicó un informe técnico en el que advertía respecto del uso desmesurado del efectivo y los costos que ello representaba para las entidades.

En ese documento, la entidad que nuclea a bancos de capital nacional, graficó que la cantidad de billetes extraídos de bancos y cajeros automáticos (ATMs) durante el mes de marzo de 2022 pesaban en conjunto 1.500 toneladas y bastaban para llenar 1,5 piletas olímpicas.

Por aquellos meses, bancos llegaron a tener que recargar cajeros hasta tres veces por día y Bloomberg Línea anticipó en exclusiva que producto de esa sobreabundancia de pesos, algunas entidades habían tenido que empezar a construir bóvedas ante la falta de espacios para almacenarlos.

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Primeras señales de alivio para bancos

Para bancos, de hecho, esa problemática del almacenamiento recién empieza a mostrar leves señales de alivio. Según dijo a este medio una persona con conocimiento directo del asunto que pidió no ser mencionada, en la entidad en la que trabaja -una de las más reconocidas- hace tan solo unos pocos meses atrás estaban llegando al tope de las capacidades de ocupación. Pero eso empezó a alivianarse después de que en abril de este año, el BCRA accediera a un pedido de bancos y empezara a recibir mayor cantidad de billetes de ARS$1.000 que las entidades tenían en custodia, lo que generó mayor disponibilidad de los espacios asignados a dicha operatoria.

Desde la aparición del billete de ARS$10.000 y ARS$20.000, agrega la persona, las cargas de los cajeros pasó a ser tarea diaria y en algunos casos hasta dos o tres veces por semana. De hecho, dijo que los equipos se cargan en su mayoría con billetes de las dos mayores denominaciones, mejorando la dispensa para clientes y bajando la carga operativa. Los retiros de caja, añade, disminuyeron en cuanto al volumen ya que los equipos (ATMs y ATs) atienden un alto porcentaje de la demanda.

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En otra entidad, también bajo condición de anonimato, explican que actualmente más del 70% de las operaciones se realizan por banca automática, y que, si se analiza solo el canal de ventanilla, la demanda ha caído a niveles históricamente bajos. De hecho, remarcan que prácticamente, solo quedan las extracciones de alto monto en ventanilla, mientras que el resto se deriva a la banca automática.

No obstante, también señalan que la situación recesiva también se percibe: hay menos demanda de dinero y la plaza está muy seca. Sin embargo, subrayan que hoy los datos de ventanilla no reflejan la realidad completa, dado que el crecimiento de la banca automática ha cambiado el panorama.

El camino por delante, sin embargo, es todavía largo. Producto de la alta informalidad que hay en Argentina y la elevada carga impositiva, continúa siendo habitual observar personas retirando mochilas o bolsos repletos de billetes de cajas de bancos para realizar pagos en efectivo, o incluso locales comerciales que ofrecen descuentos por pagar con billetes.

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